Calendario Litúrgico

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Decimoquinto Domingo después de Pentecostés

Propio 17

La Colecta:

Señor de todo poder y fortaleza, autor y dador de todo bien: Injerta en nuestros corazones el amor a tu Nombre, acrecienta en nosotros la verdadera religión, nútrenos con toda bondad, y produce en nosotros los frutos de buenas obras; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Antiguo Testamento: Cantares 2:8-13

¡Ya viene mi amado! 
¡Ya escucho su voz! 
Viene saltando sobre los montes, 
viene saltando por las colinas. 
Mi amado es como un venado: 
como un venado pequeño. 
¡Aquí está ya, tras la puerta, 
asomándose a la ventana, 
espiando a través de la reja! 

10 Mi amado me dijo: 
«Levántate, amor mío; 
anda, cariño, vamos. 
11 ¡Mira! El invierno ha pasado 
y con él se han ido las lluvias. 
12 Ya han brotado flores en el campo, 
ya ha llegado el tiempo de cantar, 
ya se escucha en nuestra tierra 
el arrullo de las tórtolas. 
13 Ya tiene higos la higuera, 
y los viñedos esparcen su aroma. 

»Levántate, amor mío; anda, cariño, vamos.»     

Salmo: 45:1-2, 7-10

  1     Me brota del corazón una canción gozosa; recitaré al rey mis versos; *
             mi lengua será pluma de buen escribano.
  2     Eres el más bello de los hombres; *
             el hechizo se derrama de tus labios,
             porque Dios te ha bendecido desde la eternidad.
  7     Tu trono, oh Dios, es eterno y sempiterno; *
             cetro de justicia es el cetro de tu reino;
             has amado la justicia y aborrecido la maldad.
  8     Por ello te ha ungido Dios, el Dios tuyo, *
             con óleo de alegría, más que a tus compañeros.
  9     Mirra, áloe y casia exhalan todos tus vestidos; *
             desde palacios de marfil los instrumentos de cuerda te alegran.
10     Hijas de reyes están entre las damas de tu corte; *
             a tu diestra está la reina, enjoyada con oro de Ofir.

Antiguo Testamento: Deuteronomio 4:1-2, 6-9

Moisés dijo: «Ahora pues, israelitas, escuchen las leyes y decretos que les he enseñado, y pónganlos en práctica, para que vivan y ocupen el país que el Señor y Dios de sus antepasados les va a dar. No añadan ni quiten nada a lo que yo les ordeno; cumplan los mandamientos del Señor su Dios, que yo les ordeno. […] 6 Cúmplanlos y practíquenlos, porque de esta manera los pueblos reconocerán que en ustedes hay sabiduría y entendimiento, ya que cuando conozcan estas leyes no podrán menos que decir: “¡Qué sabia y entendida es esta gran nación!” Porque, ¿qué nación hay tan grande que tenga los dioses tan cerca de ella, como tenemos nosotros al Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y qué nación hay tan grande que tenga leyes y decretos tan justos como toda esta enseñanza que yo les presento hoy? Así pues, tengan mucho cuidado de no olvidar las cosas que han visto, ni de apartarlas jamás de su pensamiento; por el contrario, explíquenlas a sus hijos y a sus nietos.»

Salmo: 15

1     Señor, ¿quién habitará en tu tabernáculo? *
           ¿Quién morará en tu santo monte?
2     El que anda en integridad y hace justicia, *
           y habla verdad en su corazón.
3     El que no detrae con su lengua, ni hace mal a su prójimo, *
           ni contra su vecino acoge oprobio alguno.
4     Aquél a cuyos ojos el vil es menospreciado, *
           pero honra a los que temen al Señor.
5     El que jurando en daño suyo, *
           no por eso cambia.
6     El que presta, no esperando de ello nada, *
           ni contra el inocente admite cohecho.
7     El que hace estas cosas, *
           no resbalará para siempre.

Nuevo Testamento: Santiago 1:17-27

17 Todo lo bueno y perfecto que se nos da, viene de arriba, de Dios, que creó los astros del cielo. Dios es siempre el mismo: en él no hay variaciones ni oscurecimientos. 18 Él, porque así lo quiso, nos dio vida mediante el mensaje de la verdad, para que seamos los primeros frutos de su creación. 

19 Recuerden esto, queridos hermanos: todos ustedes deben estar listos para escuchar; en cambio deben ser lentos para hablar y para enojarse. 20 Porque el hombre enojado no hace lo que es justo ante Dios. 21 Así pues, despójense ustedes de toda impureza y de la maldad que tanto abunda, y acepten humildemente el mensaje que ha sido sembrado; pues ese mensaje tiene poder para salvarlos. 

22 Pero no basta con oír el mensaje; hay que ponerlo en práctica, pues de lo contrario se estarían engañando ustedes mismos. 23 El que solamente oye el mensaje, y no lo practica, es como el hombre que se mira la cara en un espejo: 24 se ve a sí mismo, pero en cuanto da la vuelta se olvida de cómo es. 25 Pero el que no olvida lo que oye, sino que se fija atentamente en la ley perfecta de la libertad, y permanece firme cumpliendo lo que ella manda, será feliz en lo que hace.

26 Si alguno cree ser religioso, pero no sabe poner freno a su lengua, se engaña a sí mismo y su religión no sirve de nada. 27 La religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo.     

El Evangelio: Marcos 7:1-8, 14-15, 21-23

Se acercaron los fariseos a Jesús, con unos maestros de la ley que habían llegado de Jerusalén. Éstos, al ver que algunos discípulos de Jesús comían con las manos impuras, es decir, sin haber cumplido con la ceremonia de lavárselas, los criticaron. (Porque los fariseos y todos los judíos siguen la tradición de sus antepasados, de no comer sin antes lavarse las manos debidamente. Y cuando regresan del mercado, no comen sin antes cumplir con la ceremonia de lavarse. Y aun tienen otras muchas costumbres, como lavar los vasos, los jarros, las vasijas de metal y las camas.) Por eso, los fariseos y los maestros de la ley le preguntaron: —¿Por qué tus discípulos no siguen la tradición de nuestros antepasados, sino que comen con las manos impuras? 

Jesús les contestó: —Bien habló el profeta Isaías acerca de lo hipócritas que son ustedes, cuando escribió: 

“Este pueblo me honra con la boca, 
pero su corazón está lejos de mí. 
De nada sirve que me rinda culto: 
sus enseñanzas son mandatos de hombres.” 

Porque ustedes dejan el mandato de Dios para seguir las tradiciones de los hombres. […]

14 Luego Jesús llamó a la gente, y dijo: —Escúchenme todos, y entiendan: 15 Nada de lo que entra de afuera puede hacer impuro al hombre. Lo que sale del corazón del hombre es lo que lo hace impuro. […]

21 »Porque de adentro, es decir, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual, los robos, los asesinatos, 22 los adulterios, la codicia, las maldades, el engaño, los vicios, la envidia, los chismes, el orgullo y la falta de juicio. 23 Todas estas cosas malas salen de adentro y hacen impuro al hombre.

Más recursos para Propio 17B

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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.

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