Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Domingo de Ramos (B) – 2015

March 29, 2015


Isaías 50:4-9a

El Domingo de Ramos es el punto de transición entre la cuaresma y la Semana Santa, por lo que es un momento especialmente oportuno para reflexionar sobre nuestra relación con Dios. El profeta Isaías suplicó al pueblo de Dios, una y otra vez, para se concentrara en su relación con Dios, pero a través del Antiguo Testamento, los israelitas tuvieron que luchar por mantenerse en esa relación. Lucharon porque en vez de dar prioridad a Dios en sus vidas la riqueza material o poder los atraía constantemente. El atractivo de las distracciones mundanas erosionaba su relación con Dios hasta que el desastre cayó sobre ellos, después de lo cual regresarían a Dios una vez más. El profeta sirvió como un recordatorio en la vida del pueblo para que dieran prioridad a Dios aun cuando el mundo trataba de tener prioridad en su lugar.

Esperemos que la cuaresma haya sido un tiempo de crecimiento más profundo en su relación con Dios. Las disciplinas cuaresmales, si se hacen bien, pueden ayudar a uno a dar prioridad a Dios en nuestra vida y a enfocar las cosas que son realmente importantes. El siguiente reto es ser capaz de dar un paso atrás, en el mundo posterior a la cuaresma, y enfrentar a todas las distracciones del mundo que amenazan una vez más con tener prioridad sobre nuestra relación con Dios. Así como Isaías advirtió a los israelitas, sea consciente de dónde le vienen las amenazas a su arduo trabajo de priorizar a Dios en su vida.

  • ¿Dio prioridad a los valores durante la cuaresma?
  • ¿Qué es lo que en su vida amenaza con deshacer esas prioridades?
  • ¿Qué cambios puede hacer para mantener en prioridad su relación con Dios?

Salmo 31:9-16

La vergüenza es una de las fuerzas más poderosas que pueden controlar la vida de una persona. Pocas cosas motivan el comportamiento de una persona como el miedo a la vergüenza o la experiencia de la misma. Los antiguos israelitas estaban profundamente inmersos en una cultura basada en el honor y la vergüenza, y el salmista expresa claramente lo que se siente cuando uno está perdido en la vergüenza: “un horror para mis vecinos”, “espanto para mis conocidos”, “perdida la mente como alguien que está muerto”, etc.

La vergüenza puede ser terriblemente aisladora y deshumanizante, sin embargo, el salmista pone una luz de esperanza en la promesa del amor infinito de Dios. Incluso en medio de la vergüenza, Dios sabe lo que somos y ha prometido amarnos.

Durante la cuaresma, muchas personas se pasan el tiempo reflexionando sobre los errores que han cometido y de los que se avergüenzan. Del mismo modo, la Semana Santa hace que algunas personas experimenten una gran vergüenza en torno a la idea de que Cristo tuvo que morir por nuestros pecados. No hay palabras que mágicamente puedan hacer desaparecer la vergüenza, pero esto es un lugar importante para empezar: el amor de Dios es firme. Cristo no murió para que la gente se sintiera culpable, sino por el contrario, como una señal de que no podemos hacer nada que detenga a Dios de amarnos. Todos nosotros sentimos vergüenza a veces, pero Dios nunca se avergüenza de nosotros.

  • ¿Cuándo ha sentido como si la vergüenza le controlara?
  • ¿Conoce a alguien que se sienta solo a causa de la vergüenza?
  • ¿Cómo puede ayudarles a ver que son amados?

Filipenses 2:5-11

Una gran parte de la vergüenza que se acumula en las personas proviene de las expectativas puestas en ellos por el mundo. Se hace sentir a las mujeres como malas madres porque pasan demasiado tiempo trabajando y no lo suficiente cuidando de sus hijos, pero también se avergüenzan si no tienen una carrera fuera de la casa. Los escolares se enfrentan a tener que criticar a otros estudiantes o de lo contrario se arriesgan a ser criticados ellos mismos. Los empleados que dicen a sus jefes que no pueden trabajar los domingos, debido a los compromisos de la iglesia, se arriesgan a ser considerados como “uno de esos fundamentalistas cristianos”. Nuestros valores están siendo constantemente medidos y juzgados contra los de la sociedad. El mundo es un campo minado de potencial de vergüenza.

El Domingo de Ramos, celebramos la entrada triunfal de Cristo en Jerusalén y su prestigio ante los líderes. Es importante que Dios escogiera hacer esto, porque significa que Dios sabe lo que se siente al estar avergonzado, cuando se ríen de uno, al ser tenido como loco, al ser burlado y físicamente castigado por sus creencias. Incluso si no hay nadie en el mundo que entiende cómo se siente uno, Dios lo entiende.

Cuando la sociedad señala a los marginados y los desprecia, Cristo dijo que los marginados son dignos de amor. Por nuestra parte, podemos descansar al saber que Dios fundamentalmente nos conoce y que somos capaces de ver a los marginados en el mundo y juzgarlos también dignos de amor.

  • ¿Se ha sentido solo en el mundo?
  • ¿Qué se siente al saber que alguien le ve y le ama?
  • ¿Cómo se puede ayudar a alguien a que sepa que tampoco está solo?

Marcos 14:1-15:47

El Evangelio de Marcos pone de relieve la importancia del sacrificio de Cristo para el mundo, así pues ¿en qué consiste el mundo que Cristo trataba de transformar? A partir de este evangelio, podemos ver que se trata de un mundo en el que los líderes eligen lastimar y matar a los que no están de acuerdo con ellos, en lugar de abrir un debate (14: 1). Es un mundo donde la riqueza material se valora más que el cuidado de otra persona (14: 5), donde la violencia es la respuesta (14:47) y donde el miedo es más fuerte que la fe (14:50). El sacrificio de Cristo consistía en fundamentalmente retar esta manera de vivir unos con otros. Se nos mostró el terrible quebrantamiento que surge de esta forma de vida, hasta el punto dar muerte al Dios que nos ama, a pesar de todo lo que podamos hacer.

Sin embargo, sabemos a dónde conduce la historia. Sabemos que Cristo no puede ser derrotado por un mundo de materialismo, de vergüenza y de violencia. A medida que entramos en la Semana Santa, se nos pide que veamos cómo Dios escogió participar en nuestro mundo con amor, y cómo ahora tenemos la opción de participar en nuestro mundo con ese mismo amor. Podemos optar por dar prioridad a las personas sobre las posesiones, a respetar a las personas que están en desacuerdo con nosotros, y ayudar a que la gente vea que son conocidos y amados. A veces vivir de esta manera es fácil y no requiere gran sacrificio de nuestra parte, pero otras veces se necesita una gran cantidad de sacrificio a seguir luchando para cambiar este mundo. Sin embargo, siempre podemos mirar a Dios y a nosotros mismos, y darnos cuenta de que no estamos solos en nuestro trabajo.

  • ¿Dónde ve usted a la gente que sufre en el mundo?
  • ¿Qué cosas se interponen en el camino de hacer del mundo un lugar mejor?
  • ¿Cómo puede usted marcar una diferencia por las decisiones que toma?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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