Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Propio 6 (B) – 2018

June 18, 2018


1 Samuel 15:34 – 16:13

“Samuel se afligió por Saúl. Y el Señor se arrepintió de haber hecho a Saúl rey de Israel”.

La aflicción es algo que todos experimentamos a lo largo de la vida, aunque por lo general se asocie con la muerte y otras formas de pérdida. En este caso, la aflicción de Samuel fue doble; lloró la pérdida de Saúl como líder, y también lloró el pecado de Saúl que enojó a Dios. Sin embargo, ¡Dios anima a Samuel a que no quede encadenado por la pena por Saúl, a quien claramente ya no respaldaba!

Si bien pudiéramos meditar durante días sobre lo que significa para Dios arrepentirse de la decisión de realzar a Saúl, no debemos quedarnos atascados allí; le esperaba aún más al pueblo de Dios, y el asunto de Samuel aún no había terminado para ayudar a que ese futuro se desarrollara. Al final de esta lección, sabemos que emergerá un nuevo rey, y de un lugar improbable. Samuel hace lo que se le ordena que haga, y nos presenta a David, el pastorcillo.

  • ¿Confía usted en el perdón que se le ha concedido de tal manera que pueda llegar a vivir hasta que se lleve a cabo la misión de Dios en el mundo?

Salmo 20

“Ahora sé que el Señor da la victoria a su ungido;
que le responderá desde su santo cielo,
con la fuerza victoriosa de su diestra”.

Un interesante análisis de palabras puede ocurrir en el sexto versículo del salmo, ya que el hebreo usado aquí para “da la victoria”, יָשַׁע, yasha, también se puede traducir como “salva” o “libera”. Esta es también la misma raíz que se encuentra en los nombres Josué y Jesús. Mientras que “da la victoria” se enfoca en triunfar y ganar, prefiero leer esta frase como “el Señor libera a su ungido”, porque enfatiza la acción de Dios y se relaciona con la sensación muy humana de estar cautivo de nuestros propios planes y conflictos.

Ambas traducciones conducen a un final feliz, pero rescate de alguna manera parece más convincente que dar la victoria. Después de todo, Dios es el victorioso en todos los casos, y nosotros somos los beneficiarios. Dios está siempre del lado de los oprimidos, y aunque nosotros, como cristianos, estamos llamados a defender a aquellos en cualquier estado de opresión, debemos tener en cuenta que, en última instancia, incluso cuando nuestros esfuerzos logran disminuir el sufrimiento y el maltrato de los demás, no somos la parte victoriosa en el proceso. Dios libera, y Dios sale victorioso.

  • ¿Qué significa liberación para usted, y cómo podría este salmo subvertir el poder de los opresores?

2 Corintios 5:6-10, [11-13], 14-17

“Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí, sino para él, que murió y resucitó por ellos”

Los primeros versículos de la lectura de hoy pueden hacer que algunas personas se sientan incómodas. A veces, el cristianismo incursionó en el dualismo, con diversos grados de éxito o catástrofe a lo largo de la historia. Si tuviéramos que leer el v. 10 desde la perspectiva del literalismo, podría provocar ansiedad casi de inmediato; todos seremos juzgados por las cosas que hemos hecho con nuestros cuerpos, ya sean buenas o malas

¡Ánimo, amados de Dios! Más adelante hay noticias maravillosas en esta lección, ya que no debemos leer un versículo de las Escrituras de forma aislada sin contemplar la totalidad del misterio pascual y las realidades de la resurrección de Jesucristo. Es verdad, murió por todos y resucitó por todos. No resucitó de los muertos solo como un espíritu, sino con su cuerpo. Al conquistar los límites de la vida y de la muerte de una manera holística, uniendo la divinidad con la humanidad, hay una gran esperanza para que hagamos grandes cosas con nuestras almas y cuerpos. El juicio entonces consiste menos en el castigo y las recompensas, y más en hacer un balance.

  • ¿De qué manera puede el descuido de la salud del cuerpo ser entendido como pecado, a la luz de este pasaje?

Marcos 4:26-34

“De esta manera les enseñaba Jesús el mensaje, por medio de muchas parábolas como éstas, según podían entender. Pero no les decía nada sin parábolas, aunque a sus discípulos se los explicaba todo aparte”.

Las parábolas son herramientas de enseñanza verdaderamente maravillosas y pueden variar en longitud desde esta, muy breve sobre una semilla de mostaza, a otras mucho más largas, como la del Hijo Pródigo. La palabra hebrea más utilizada para la parábola es מָשָׁל, mashal, que también significa “acertijo”. Jesús, por supuesto, no fue el primero en enseñar con el uso de parábolas o acertijos. De hecho, forma parte de una larga tradición de enseñanza judía. Mashalim se encuentra en todas las Escrituras hebreas, con ejemplos en Ezequiel, 2 Samuel, Isaías y 1 Reyes. La belleza de este estilo de enseñanza es que no hay una interpretación objetiva, ni hay una que sea inmediatamente obvia; el significado está oculto y requiere indagar un poco para descubrirlo. A menudo me pregunto si Jesús dio su propia y más completa visión de todos sus mashalim al final del día mientras descansaba con los discípulos.

La semilla de mostaza en esta parábola se relaciona más a menudo con la fe personal, y cómo un poquito de fe puede convertirse en algo tan significativo, como incluso mover montañas. Otra visión, en una escala algo más grande, sería ver la semilla de mostaza como el Evangelio mismo. Después de todo, Jesús y sus seguidores eran un pequeño grupo de personas, y ocuparon una pequeña porción de tierra en un vasto planeta en un universo infinito. Y sin embargo, de alguna manera, el evangelio se extendió contra viento y marea y ha sobrevivido y producido ramas, hojas y un hábitat para el alma.

  • ¿Por qué prefirió Jesús enseñar a las multitudes a modo de parábola o acertijo en lugar de lecciones directas e inequívocas?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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