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La Conversión de san Pablo apóstol
La Colecta:
Oh Dios, que por la predicación de tu apóstol Pablo hiciste que la luz del Evangelio resplandeciera por todo el mundo: Concede, te suplicamos, que nosotros, recordando su portentosa conversión, manifestemos nuestra gratitud siguiendo su santa enseñanza; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo, en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Primera Lectura: Hechos 26:9-21
Pablo dijo al rey Agripa: «Yo mismo pensaba antes que debía hacer muchas cosas en contra del nombre de Jesús de Nazaret, 10 y así lo hice en Jerusalén. Con la autorización de los jefes de los sacerdotes, metí en la cárcel a muchos de los creyentes; y cuando los mataban, yo estaba de acuerdo. 11 Muchas veces los castigaba para obligarlos a negar su fe. Y esto lo hacía en todas las sinagogas, y estaba tan furioso contra ellos que los perseguía hasta en ciudades extranjeras.
12 »Con ese propósito me dirigía a la ciudad de Damasco, autorizado y comisionado por los jefes de los sacerdotes. 13 Pero en el camino, oh rey, vi a mediodía una luz del cielo, más fuerte que la luz del sol, que brilló alrededor de mí y de los que iban conmigo. 14 Todos caímos al suelo, y oí una voz que me decía en hebreo: “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Te estás haciendo daño a ti mismo, como si dieras coces contra el aguijón.” 15 Entonces dije: “¿Quién eres, Señor?” El Señor me contestó: “Yo soy Jesús, el mismo a quien estás persiguiendo. 16 Pero levántate, ponte de pie, porque me he aparecido a ti para designarte como mi servidor y testigo de lo que ahora has visto y de lo que todavía has de ver de mí. 17 Te voy a librar de los judíos y también de los no judíos, a los cuales ahora te envío. 18 Te mando a ellos para que les abras los ojos y no caminen más en la oscuridad, sino en la luz; para que no sigan bajo el poder de Satanás, sino que sigan a Dios; y para que crean en mí y reciban así el perdón de los pecados y una herencia en el pueblo santo de Dios.”
19 »Así que, oh rey Agripa, no desobedecí a la visión del cielo, 20 sino que primero anuncié el mensaje a los que estaban en Damasco, luego a los de Jerusalén y de toda la región de Judea, y también a los no judíos, invitándolos a convertirse, y a volverse a Dios, y a hacer obras que demuestren esa conversión. 21 Por este motivo, los judíos me arrestaron en el templo y quisieron matarme.»
Salmo: 67
1 Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga, *
haga resplandecer su rostro y venga a nosotros.
2 Sean conocidos en la tierra tus caminos, *
en todas las naciones tu salvación.
3 Te alaben los pueblos, oh Dios; *
todos los pueblos te alaben.
4 Alégrense las naciones y aclamen con júbilo, *
porque juzgas los pueblos con equidad, y diriges todas las naciones de la tierra.
5 Te alaben los pueblos, oh Dios; *
todos los pueblos te alaben.
6 La tierra ha dado su fruto; *
nos bendiga Dios, el Dios nuestro.
7 Dios nos bendiga; *
témanlo todos los confines de la tierra.
Segunda Lectura: Gálatas 1:11-24
11 Sepan ustedes esto, hermanos: el evangelio que yo anuncio no es invención humana. 12 No lo recibí ni lo aprendí de hombre alguno, sino que Jesucristo mismo me lo hizo conocer.
13 Ustedes habrán oído decir cuál era mi conducta anterior en el judaísmo, y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios y procuré destruirla. 14 En el judaísmo, yo dejaba atrás a muchos de mis paisanos de mi misma edad, porque era mucho más estricto en mantener las tradiciones de mis antepasados. 15-16 Pero Dios, que me escogió antes de nacer y por su gran bondad me llamó, tuvo a bien hacerme conocer a su Hijo, para que anunciara su evangelio entre los no judíos. Y no fui entonces a consultar con ningún ser humano; 17 ni fui tampoco a Jerusalén a ver a los que eran apóstoles antes que yo. Por el contrario, me dirigí sin tardar a la región de Arabia, y luego volví a Damasco.
18 Tres años después fui a Jerusalén para conocer a Cefas, con quien estuve quince días. 19 Pero no vi a ningún otro de los apóstoles, aunque sí a Santiago el hermano del Señor. 20 Les aseguro delante de Dios que lo que les estoy escribiendo es la verdad.
21 Después me dirigí a las regiones de Siria y Cilicia. 22 En cambio, los hermanos de las iglesias de Cristo que están en Judea no me conocían personalmente. 23 Solamente oían decir: «El que antes nos perseguía, anda ahora predicando el evangelio que en otro tiempo quería destruir.» 24 Y alababan a Dios por causa mía.
El Evangelio: Mateo 10:16-22
Jesús dijo: 16 «¡Miren! Yo los envío a ustedes como ovejas en medio de lobos. Sean, pues, astutos como serpientes, aunque también sencillos como palomas. 17 Tengan cuidado, porque los entregarán a las autoridades, los golpearán en las sinagogas 18 y hasta los presentarán ante gobernadores y reyes por causa mía; así podrán dar testimonio de mí delante de ellos y de los paganos. 19 Pero cuando los entreguen a las autoridades, no se preocupen ustedes por lo que han de decir o cómo han de decirlo, porque cuando les llegue el momento de hablar, Dios les dará las palabras. 20 Pues no serán ustedes quienes hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por ustedes.
21 »Los hermanos entregarán a la muerte a sus hermanos, y los padres a sus hijos; y los hijos se volverán contra sus padres y los matarán. 22 Todo el mundo los odiará a ustedes por causa mía; pero el que se mantenga firme hasta el fin, se salvará.»
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Texto de muestra: Hoy conmemoramos la conversión de San Pablo.
Dios bondadoso, por la prédica de Pablo, tu apóstol, haz hecho que la luz del evangelio brille por el mundo entero: Concede que nosotros, al recordar su admirable conversión, te demostremos nuestra gratitud siguiendo sus santas enseñanzas; por Jesucristo nuestro Señor, que contigo y el Santo Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, ahora y siempre. Amén.
La conversión de San Pablo Apóstol, que se celebra el 25 de enero, conmemora el dramático punto de inflexión en la vida de Saulo de Tarso, un celoso perseguidor de la Iglesia primitiva. Ciudadano romano y judío devoto formado por el rabino Gamaliel, Saulo se opuso ferozmente a los seguidores de Jesús, llegando incluso a aprobar el apedreamiento de Esteban. Pero en el camino a Damasco, se encontró con Cristo resucitado y se transformó en Pablo, el incansable apóstol de los gentiles. A partir de ese momento, dedicó su vida a proclamar el evangelio, fundando comunidades cristianas en todo el mundo mediterráneo. Sus cartas, los primeros escritos del Nuevo Testamento, dieron forma a la teología cristiana con su audaz testimonio de la gracia: «Ya no soy yo quien vive, sino Cristo quien vive en mí». Aunque hablaba de debilidad y aflicción, Pablo las abrazó como el lugar donde se revelaba el poder de Cristo. La tradición sostiene que fue martirizado en Roma bajo Nerón alrededor del año 64. Su fiesta concluye la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, uniendo su testimonio al de Pedro, para que todos sean uno en Cristo. #Episcopal
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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