Calendario Litúrgico

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Undécimo Domingo después de Pentecostés

Propio 16

La Colecta:

Concede, oh Dios de misericordia, que tu Iglesia, congregada en unidad por tu Espíritu Santo, manifieste tu poder entre todos los pueblos, para gloria de tu Nombre; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Antiguo Testamento: Jeremías 1:4-10

4 El Señor se dirigió a mí, y me dijo: 

5 «Antes de darte la vida, ya te había yo escogido; 
antes de que nacieras, ya te había yo apartado; 
te había destinado a ser profeta de las naciones.»

6 Yo contesté: 
«¡Ay, Señor! ¡Yo soy muy joven y no sé hablar!» 
7 Pero el Señor me dijo: 
«No digas que eres muy joven. 
Tú irás a donde yo te mande, 
y dirás lo que yo te ordene. 
8 No tengas miedo de nadie, 
pues yo estaré contigo para protegerte. 
Yo, el Señor, doy mi palabra.»

9 Entonces el Señor extendió la mano, me tocó los labios y me dijo: 

10 «Yo pongo mis palabras en tus labios. 
Hoy te doy plena autoridad 
sobre reinos y naciones, 
para arrancar y derribar, 
para destruir y demoler, 
y también para construir y plantar.»

Salmo: 71:1-6

1     En ti, oh Señor, me he refugiado; *
           no sea yo avergonzado lamas.
2     En tu justicia, líbrame y rescátame; *
           inclina a mí tu oído, y sálvame.
3     Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve; *
           tú eres mi risco y mi fortaleza.
4     Dios mío, líbrame de la mano del malvado, *
           de las garras del malhechor y opresor;
5     Porque tú, Señor Dios, eres mi esperanza, *
           mi confianza desde mi juventud.
6     En ti he sido sustentado desde el vientre;
       desde el seno de mi madre has sido mi vigor; *
           de ti será siempre mi alabanza.

Antiguo Testamento: Isaías 58:9b-14

Si haces desaparecer toda opresión, 
si no insultas a otros 
ni les levantas calumnias, 
10 si te das a ti mismo en servicio del hambriento, 
si ayudas al afligido en su necesidad, 
tu luz brillará en la oscuridad, 
tus sombras se convertirán en luz de mediodía. 
11 Yo te guiaré continuamente, 
te daré comida abundante en el desierto, 
daré fuerza a tu cuerpo 
y serás como un jardín bien regado, 
como un manantial al que no le falta el agua. 
12 Tu pueblo reconstruirá las viejas ruinas 
y afianzará los cimientos puestos hace siglos. 
Llamarán a tu pueblo: 
“reparador de muros caídos”, 
“reconstructor de casa en ruinas”. 
13 «Respeta el sábado; 
no te dediques a tus negocios en mi día santo. 
Considera este día como día de alegría, 
como día santo del Señor y digno de honor; 
hónralo no dedicándote a tus asuntos, 
ni buscando tus intereses y haciendo negocios. 
14 Si haces esto, encontrarás tu alegría en mí, 
y yo te llevaré en triunfo sobre las alturas del país 
y te haré gozar de la herencia de tu padre Jacob.» 
El Señor mismo lo ha dicho.

Salmo: 103:1-8

1     Bendice, alma mía, al Señor, *
           y todo mi ser bendiga su santo Nombre.
2     Bendice, alma mía, al Señor, *
           y no olvides ninguno de sus beneficios.
3     El perdona todas tus iniquidades, *
           y sana todas tus dolencias.
4     El rescata del sepulcro tu vida, *
           y te corona de favor y misericordia.
5     El sacia de bien tus anhelos, *
           y como el águila se renueva tu juventud.
6     El Señor hace justicia, *
           y defiende a todos los oprimidos.
7     Dio a conocer sus caminos a Moisés, *
           y al pueblo de Israel sus obras.
8     Misericordioso y compasivo es el Señor, *
           lento para la ira y rico en clemencia.

Nuevo Testamento: Hebreos 12:18-29

18 Ustedes no se acercaron, como los israelitas, a algo que se podía tocar y que ardía en llamas, donde había oscuridad, tinieblas y tempestad; 19 ni oyeron el sonido de la trompeta ni la voz de Dios. Los que oyeron esa voz rogaron que no les siguiera hablando, 20 porque no podían soportar el mandato que decía: «Al que ponga el pie en el monte, hay que matarlo a pedradas o con lanza, aunque sea un animal.» 21 Tan espantoso era lo que se veía, que el mismo Moisés dijo: «Estoy temblando de miedo.» 

22 Ustedes, por el contrario, se han acercado al monte Sión, y a la ciudad del Dios viviente, la Jerusalén celestial, y a muchos miles de ángeles reunidos para alabar a Dios, 23 y a la comunidad de los primeros hijos de Dios inscritos en el cielo. Se han acercado a Dios, el Juez de todos, a los espíritus de los hombres buenos que Dios ha hecho perfectos, 24 a Jesús, mediador de una nueva alianza, y a la sangre con que hemos sido purificados, la cual nos habla mejor que la sangre de Abel. 

25 Por eso tengan cuidado de no rechazar al que nos habla. Pues los que rechazaron a Dios cuando él les llamó la atención aquí en la tierra, no escaparon. Y mucho menos podremos escapar nosotros, si le damos la espalda al que nos llama la atención desde el cielo. 26 En aquel tiempo, la voz de Dios hizo temblar la tierra, pero ahora dice: «Una vez más haré temblar no sólo la tierra, sino también el cielo.» 27 Al decir «una vez más», se entiende que se quitarán las cosas creadas, lo que puede ser movido, para que permanezca lo que no puede moverse. 28 El reino que Dios nos da, no puede ser movido. Demos gracias por esto, y adoremos a Dios con la devoción y reverencia que le agradan. 29 Porque nuestro Dios es como un fuego que todo lo consume. 

El Evangelio: Lucas 13:10-17

10 Un sábado Jesús se había puesto a enseñar en una sinagoga; 11 y había allí una mujer que estaba enferma desde hacía dieciocho años. Un espíritu maligno la había dejado jorobada, y no podía enderezarse para nada. 12 Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: —Mujer, ya estás libre de tu enfermedad. 

13 Entonces puso las manos sobre ella, y al momento la mujer se enderezó y comenzó a alabar a Dios. 14 Pero el jefe de la sinagoga se enojó, porque Jesús la había sanado en sábado, y dijo a la gente: —Hay seis días para trabajar; vengan en esos días a ser sanados, y no en sábado. 

15 El Señor le contestó: —Hipócritas, ¿no desata cualquiera de ustedes su buey o su burro en sábado, para llevarlo a tomar agua? 16 Pues a esta mujer, que es descendiente de Abraham y que Satanás tenía atada con esta enfermedad desde hace dieciocho años, ¿acaso no se la debía desatar aunque fuera sábado? 

17 Cuando Jesús dijo esto, sus enemigos quedaron avergonzados; pero toda la gente se alegraba al ver las grandes cosas que él hacía. 

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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.

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