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Santiago el apóstol
La Colecta:
Dios bondadoso, recordamos hoy en tu presencia a tu siervo y apóstol Santiago, el primero entre los Doce en padecer martirio por el Nombre de Jesucristo; y te suplicamos que derrames sobre los dirigentes de tu Iglesia ese espíritu de servicio abnegado por el cual sólo pueden tener verdadera autoridad entre tu pueblo; por Jesucristo nuestro Señor, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, ahora y por siempre. Amén.
Nuevo Testamento: Jeremías 45:1-5
1 El año cuarto del gobierno de Joaquim, hijo de Josías, rey de Judá, mientras Baruc, hijo de Nerías, escribía lo que el profeta Jeremías le dictaba, dijo Jeremías a Baruc: 2-3 «Tú, Baruc, dices: “¡Ay de mí! ¡El Señor no me da sino penas y dolores! Ya estoy cansado de llorar y no encuentro ningún alivio.” Pues el Señor dice respecto de ti, 4 y me manda que te diga: “Yo destruyo lo que construí, y arranco lo que planté. Y lo mismo haré con toda la tierra. 5 ¿Quieres pedir para ti algo extraordinario? Pues no lo pidas, porque yo voy a enviar calamidades sobre toda la humanidad. Pero al menos permitiré que conserves tu vida por dondequiera que vayas. Yo, el Señor, lo afirmo.”»
Salmo: 7:1-10
1 Oh Señor Dios mío, a ti me acojo; *
sálvame de todos los que me persiguen, y líbrame;
2 No sea que me desgarren cual león, *
y me destrocen sin que haya quien me libre.
3 Oh Señor Dios mío, si yo he hecho esto: *
si hay en mis manos iniquidad;
4 Si he dado mal pago a mi amigo, *
o despojado al que sin causa era mi enemigo;
5 Que el enemigo me persiga y me alcance, *
huelle en tierra mi vida, y mi honra ponga en el polvo.
6 Levántate, oh Señor, con tu ira; *
álzate en contra de la furia de mis adversarios.
7 Despierta en favor mío el juicio que mandaste; *
que te rodee la congregación de los pueblos.
8 Vuélvete a sentar en tu trono sobre lo alto, *
oh Señor, juzga a los pueblos.
9 Júzgame conforme a mi justicia, oh Señor, *
y conforme a mi integridad, oh Altísimo.
10 Perezca ahora la maldad de los inicuos, mas establece tú al justo; *
porque tú pruebas la mente y el corazón, oh Dios justo.
Segunda Lectura: Hechos 11:27-12:3
27 Por aquel tiempo, unos profetas fueron de Jerusalén a Antioquía. 28 Y uno de ellos, llamado Agabo, puesto de pie y por inspiración del Espíritu, anunció que iba a haber una gran hambre en todo el mundo, lo cual sucedió, en efecto, en tiempos del emperador Claudio. 29 Entonces los creyentes de Antioquía decidieron enviar ayuda a los hermanos que vivían en Judea, según lo que cada uno pudiera dar. 30 Así lo hicieron, y por medio de Bernabé y Saulo mandaron una ofrenda a los ancianos de Judea.
1 Por aquel tiempo, el rey Herodes comenzó a perseguir a algunos de la iglesia. 2 Ordenó matar a filo de espada a Santiago, el hermano de Juan; 3 y como vio que esto había agradado a los judíos, hizo arrestar también a Pedro. Esto sucedió en los días de la fiesta en que se come el pan sin levadura.
El Evangelio: Mateo 20:20-28
20 La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos, se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor. 21 Jesús le preguntó: —¿Qué quieres?
Ella le dijo: —Manda que en tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Jesús contestó: —Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber el trago amargo que voy a beber yo?
Ellos dijeron: —Podemos.
23 Jesús les respondió: —Ustedes beberán este trago amargo, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre lo ha preparado.
24 Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con los dos hermanos. 25 Pero Jesús los llamó, y les dijo: —Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; 27 y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. 28 Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud.
Redes sociales
Texto de muestra: Dios de gracia: Ante ti recordamos a Santiago, tu apóstol y siervo, primero entre los Doce en sufrir el martirio por el nombre de Jesús. Te rogamos que derrames sobre cada líder de tu iglesia ese espíritu de servicio abnegado que es, entre el pueblo, única fuente de genuina autoridad; por Jesucristo, nuestro Señor, que contigo y con el Espíritu Santo vive y reina, un solo Dios, ahora y siempre. Amén.
La fiesta de Santiago Apóstol, que se celebra el 25 de julio, honra a Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan, que fue uno de los primeros en responder a la llamada de Jesús al discipulado. Junto con Pedro y Juan, Santiago pertenecía al círculo íntimo de tres que fueron testigos de momentos clave en el ministerio de Jesús: la resurrección de la hija de Jairo, la Transfiguración y la agonía en Getsemaní. Conocido por su celo y su temperamento fogoso, Santiago se ganó el apodo de «Boanerges», que significa «Hijo del Trueno», por parte de Jesús. Sin embargo, esa pasión se transformó en valentía y fidelidad, lo que le llevó a convertirse en el primero de los apóstoles en sufrir el martirio. Como relata el libro de los Hechos de los Apóstoles, «Herodes… mató a espada a Santiago, hermano de Juan», lo que le convirtió en testigo del Evangelio tanto en vida como en muerte. Según una antigua tradición, sus reliquias fueron trasladadas posteriormente a Compostela, en España, donde el gran santuario de Santiago de Compostela se convirtió en uno de los lugares de peregrinación más famosos del cristianismo. La fiesta de Santiago celebra su firme devoción y exhorta a los fieles a servir a Cristo con el mismo espíritu de amor audaz y abnegado. #Episcopal
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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.
Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.
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