Estudio Bíblico: Día de Pascua (B) – 2024

LCR: Hechos 10:34-43; Salmo 118:1-2, 14-24; 1 Corintios 15:1-11; Juan 20:1-18

Hechos 10:34-43

Este pasaje forma parte de la historia de Pedro y un centurión llamado Cornelio. Aquí, Pedro se dirige a Cornelio y a sus parientes y amigos íntimos (Hechos 10:24). Pedro y Cornelio se reúnen porque ambos han tenido visiones. Cornelio ha recibido una visión que le conduce a Pedro, mientras que Pedro ha tenido una visión sobre una nueva forma de interpretar las leyes acerca de lo que está permitido comer. La visión de Pedro trata de si es aceptable incluir a personas que no siguen la ley de Moisés en la comunidad de los seguidores de Jesús, por ejemplo, Cornelio. Por eso el pasaje de hoy comienza así: “Dios no hace acepción de personas, sino que en toda nación es aceptable quien le teme y hace lo que es justo”. La segunda parte de este pasaje ensaya las doctrinas fundamentales sobre la muerte y resurrección de Jesús, y el papel de Jesús como juez de vivos y muertos. No es casualidad que el mensaje pascual de la resurrección y el mensaje pascual sobre un Dios que acepta la devoción de personas “de todas las naciones” vayan juntos. La muerte y la resurrección de Jesús cambiaron el mundo para siempre, para todos, no sólo para las personas de un lugar y un tiempo, y no sólo para las personas que tienen el mismo aspecto, actúan o piensan igual. Los criterios son sencillos y universales: temer a Dios y hacer lo correcto.

• ¿Alguna vez, como Cornelio, te has sentido excluido? Si es así, ¿cómo te acogieron en la comunidad? ¿Alguna vez, como Pedro, te has sentido como si estuvieras dentro? Si es así, ¿cómo podrías ayudar a acoger en la comunión a alguien que está fuera?

Salmo 118:1-2, 14-24

Este salmo incluye dos versículos familiares. El versículo 22 es citado por Jesús en los tres evangelios sinópticos, y también se cita en los Hechos y en la primera carta de Pedro. El versículo 24 es una de las frases de la Escritura elegidas para abrir la oración de la mañana durante el tiempo de Pascua. Los dos versículos están relacionados entre sí y juntos expresan algunas de las afirmaciones más fundamentales del cristianismo. La imagen del versículo 22 es la de la inversión divina, que trastorna las expectativas humanas y amplía el horizonte de nuestra imaginación. Pretende recordarnos lo improbable de Moisés como líder potencial, de David, el pastor que no fue incluido originalmente entre los presentados a Samuel para la unción, y sobre todo, de Jesús, el humilde galileo. El hecho de que Dios vea valor donde la gente no lo ve es un recordatorio perenne para que nos cuestionemos nuestras suposiciones sobre qué (y especialmente a quién) valoramos y por qué. El versículo 24 colapsa el tiempo, de modo que el “hoy” de la acción del Señor es a la vez el día del salmista, los días de Jesús, el día de la resurrección, y hoy, aquí y ahora. Del mismo modo que nuestro bautismo está místicamente vinculado tanto al bautismo de Jesús como a su muerte y resurrección, y cada Eucaristía está místicamente vinculada a los momentos en que Jesús parte el pan en comunión con sus discípulos, también el “hoy” del salmo está místicamente vinculado al hoy. Podemos unirnos al salmista en la proclamación de que el trastorno de las expectativas, la ampliación de los horizontes y la vinculación de la acción divina a través del tiempo es “obra del Señor, y es maravilloso a nuestros ojos”.

• ¿Cómo te ha sorprendido Dios en tu vida, alterando tus expectativas o ampliando tus horizontes?
• Si la resurrección es a la vez entonces y ahora, ¿cómo puede afectar eso a tu forma de actuar hoy?

1 Corintios 15:1-11

Los biblistas datan algunas de las cartas atribuidas a Pablo, entre ellas 1 Corintios, antes de que se escribieran los Evangelios tal como los conocemos hoy. Esto sugiere que este pasaje puede ser uno de los primeros relatos escritos de la creencia cristiana sobre la muerte y resurrección de Jesús. Esto es importante porque ni Pablo ni los corintios contaban con un canon consensuado de las Escrituras sobre Jesús. Todo lo que tenían eran historias y dichos que pasaban de una persona a otra, de una comunidad a otra. Sin un libro, sin edificios eclesiásticos como los conocemos hoy y sin estructuras ministeriales, la gente creía o no lo que oía. En este contexto, tanto el principio como el final de este pasaje nos dan pistas de por qué, según Pablo, la Buena Nueva sobrevive y se difunde. En el versículo 1, Pablo recuerda a sus lectores que les proclamó la Buena Nueva, pero luego observamos que hay un segundo paso en el proceso: sus lectores recibieron a su vez la Buena Nueva. Esto significa que no se trata sólo de proclamar. Hay algo que sucede en el corazón de los oyentes, hay una recepción que es entre ellos y Dios, distinta del proclamador. Del mismo modo, al final del pasaje, Pablo no hace distinciones entre él y los demás apóstoles en lo que se refiere a la verdad de la Buena Nueva. El mensaje tiene autoridad propia y su transmisión se debe, en un sentido importante, ante todo a la gracia de Dios.

• ¿Cómo proclamas la Buena Nueva en tu vida?
• ¿Cómo afecta la gracia de Dios a lo que crees?

Juan 20:1-18

María Magdalena es venerada como la “apóstol de los apóstoles”, porque es la primera en reconocer a Jesús resucitado y, a su vez, en proclamar este milagro a los demás discípulos. Con el debido respeto a Pedro y al otro discípulo, el escritor de este evangelio nos presenta un agudo contraste entre su comportamiento y el de María. María es la primera en llegar al sepulcro y la primera en avisar a Pedro y al otro discípulo. Cuando Pedro y el otro discípulo corren al sepulcro, ven lo que hay allí, y luego regresan a sus casas. Pero María se queda. Hay algo aquí que el escritor está sugiriendo sobre el tiempo y la concentración que a veces se necesitan para recibir la revelación. María se toma el tiempo de ir al sepulcro en primer lugar, se toma el tiempo de consultar con los demás, se toma el tiempo para sentir su dolor mientras llora. Es porque se ha tomado ese tiempo por lo que está allí para encontrarse con los ángeles. No se nos dice cómo reacciona ante el hecho de que sean ángeles. Su respuesta a ellos permanece completamente centrada en Jesús. Luego se toma el tiempo de conversar con el que cree que es el jardinero. Incluso entonces, está dispuesta a tomarse más tiempo para averiguar dónde ha llevado supuestamente el jardinero el cuerpo de Jesús y llevárselo para darle una sepultura adecuada. En todo esto, María ha dedicado su tiempo y su atención a Jesús, y es nuestra tradición que todos los cristianos tienen que agradecer a la devoción de María el comienzo de la difusión de la Buena Nueva, el comienzo de la celebración de la Pascua.

• ¿Qué prácticas tienes (o podrías desarrollar) para dedicar tiempo y atención en tu vida a Jesús?
• La proclamación de la obra de Dios requiere valentía; es fácil tener miedo de que nos consideren necios. ¿Dónde encuentras tu valor para proclamar la Buena Nueva?

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