Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Pascua 2 (C) – 2013

April 07, 2013


Hechos 5:27-32

Los sacerdotes están tratando de silenciar la predicación de los apóstoles en el creciente movimiento de seguidores de Cristo. Los apóstoles han sido repentina y milagrosamente liberados de la prisión por un ángel de Dios (Hechos 5:17-26). Ahora se encuentran una vez más antes los sacerdotes, que no lo entienden. “Les dimos órdenes estrictas…, sin embargo, aquí habéis llenado Jerusalén de vuestra doctrina”, dijo el sumo sacerdote (5:28).

La enseñanza de Dios es algo imparable. No escucha a voces humanas. Se imparte pesar de los intentos de detenerla. Los apóstoles no pueden evitar el enseñar.

La diferencia entre los apóstoles de los Hechos y los discípulos de los evangelios es un tipo diferente de encuentro con Cristo. La resurrección tiene que cambiarte. No es algo estático. En cada experiencia del Cristo resucitado hay un cambio. Hay un desplazamiento hacia fuera. Pasamos de la muerte a la vida, de la vida a la victoria, de la esperanza a la certeza.

  • ¿De qué has sido tú liberado?
  • ¿De qué ha sido liberado para poder obrar?

Salmo 118:14-29

Al leer este salmo, recordamos las palabras que recitamos cada domingo y también lo que Jesús oyó al entrar en Jerusalén: “¡Bendito el que viene en nombre del Señor!” (118: 25-26). Jesús logró la victoria final mediante la muerte, sin embargo, entró en Jerusalén en medio de las oraciones y los cantos de la gente.

Es justo, en este tiempo de la resurrección, recordar que lo que se ha logrado no es sólo un momento de la historia.

Esto es lo que ha hecho el Señor,
y es algo maravilloso a nuestros ojos.
Este es el día en que actuó el Señor;
regocijémonos y alegrémonos en él (118:23, 24)

Hoy es el día de nuestra victoria. Hoy, Dios reina y podemos abandonar nuestras armas y luchas. Podemos dar gracias a Dios no sólo por la victoria, sino por la bondad de Dios, y porque “su misericordia permanece para siempre” (118:29). Podemos celebrar porque Dios no sólo nos ha visto pasar, sino que nos ha llevado. Una y otra vez se nos rescató.

Y de nuevo, hay movimiento. Pasamos del reposo “en las tiendas de los justos” (118:15) a una procesión festiva para la gloria de Dios. Gritamos: “¡Hosanna!”, por la justicia de Dios, por la victoria de Dios. Y debido a esa victoria – a través de la victoria – “no moriré, sino que viviré, y contaré las hazañas del Señor” (118:17). ¡Aleluya!

  • ¿En qué puedes descansar hoy en algo que Dios ya ha realizado?
  • ¿Dónde en tu vida puedes buscar una victoria de Dios?
  • ¿Cómo lo vas a celebrar?

Apocalipsis 1:4-8

A pesar de que existen dudas sobre la autoría del Apocalipsis de Juan, no podemos dejar de pensar en las primeras líneas del evangelio de nombre similar, que habla de la existencia de Jesús antes de la creación. Jesús existía tanto antes como después de la creación del mundo, y existió tanto antes como después de la encarnación de Dios en Cristo. Jesús, habiendo resucitado de entre los muertos, antes y después de nuestras propias vidas, es el Alfa y la Omega.

Recordamos, con Juan, el testigo fiel, que es y era y ha de venir. Hay una última visión de Jesús que aún no se han revelado. Al igual que el “hoy” en el salmo de hoy (118:24), el Jesús de la Revelación pertenece a todos los tiempos. La victoria que Cristo logra sobre la vida y la muerte con su resurrección es sólo una muestra de la plenitud de esta persona que seguimos, de ese Dios que envió a su Hijo. Y, sin embargo, la persona de Cristo es la misma, el que es y el que era y el que ha de venir. Ese es el significado de “todopoderoso”.

  • ¿Cómo podemos actuar de manera diferente porque Dios nos ha liberado?
  • ¿Qué diferencia hace el que Jesús “venga entre las nubes”? (1:7)

Juan 20:19-31

Hay una transformación en los que encuentran a Jesús. En este caso los discípulos (originalmente del griego “alumno”) se transforman en apóstoles, no sólo por haber visto a Cristo resucitado, sino también por ser “enviados” (de cuya palabra obtenemos “apóstol”). La creencia es diferente del miedo.

Los discípulos acaban de enterrar a Jesús unos días antes, o mejor dicho, probablemente se escondieron mientras otros enterraron a Jesús. Horas antes, oyeron de María Magdalena que Jesús se había ido, había resucitado. Hubo confusión, miedo y probablemente no poco de incredulidad y duda. Y entonces, ahí está. Esta es una versión diferente de la resurrección. Jesús está allí. Nadie lo confunde con el jardinero (Juan 20:15). Él está con los mismos seguidores que huyeron antes. Jesús viene a ellos. Jesús quiere restaurar la relación.

Esto es algo increíble. ¡Y entonces sucede otra vez! Esta vez, Tomás está con los otros. Hemos puesto mucho de nuestra propia duda sobre Tomás. Pero es importante recordar que él no duda aquí. Pone en duda la afirmación de otra persona, pero en su encuentro con Jesús, él cree. Tomás se mueve hacia la creencia y proclama la verdad sobre Cristo. Esto es lo que logra un encuentro con el Cristo resucitado: nos lleva de la duda a la creencia a la proclamación.

  • ¿Cómo se manifiesta tu fe?
  • ¿Dónde está Dios manifestándose sin descanso en tu vida?
  • ¿Qué puertas bloqueas para mantener a Dios fuera de ti?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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