Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Pascua 4 (A) – 2014

May 11, 2014


Hechos 1:42-47

¿Alguna vez has imaginado cómo hubiera sido ser un miembro de la iglesia en sus etapas fundamentales, tal como se describe aquí, en el libro de Hechos? Las historias que se oían no serían los que habían sido transmitidos a través de milenios, pero serían historias contadas por personas que habían estado con Jesús, visto los milagros, escuchado su voz. La iglesia aun no era una institución; no tenía sus liturgias o doctrina descubiertas. No hubo diócesis o decanatos que sostienen a grupos de personas. Era algo mucho más básico: La gente estaba en el temor de Cristo resucitado y los milagros trabajaron en su nombre, y se sintió atraído a reunirse para  celebrar juntos esto.

  • ¿Alguna vez has experimentado este temor por causa de Cristo y querías compartir esta experiencia con otras personas?

Ahora antes de que dejemos que nuestra imaginación vaya con demasiado entusiasmo, imagínese cuan mejor habrá sido en la iglesia de antaño, vamos tomar unos momentos para imaginar algunas de estas reuniones. Mencione que no había liturgias o doctrinas representadas. Eso puede  parecer liberador, pero también significa que ¡había mucho de qué debatir!.Estos eran aun obstinados seres humanos que se unen en estas reuniones. La traducción de la nueva versión revisada de la biblia utilizada en el leccionario de la iglesia Episcopal dice que “ellos se dedicaban” a la enseñanza y a la comunión, pero en realidad me gustan más las otras traducciones que dicen que  ellos “perseveraron en” la enseñanza  y en la comunión porque yo creo que se reconoce que esto era el trabajo. Pero la alegría del Señor resucitado estaba presente entre ellos y les ayudo a perseverar.

  • ¿Cómo puede la alegría de Cristo penetrar y transformar su vida y su comunidad?

Salmo 23

Nos encontramos con un salmo familiar en las lecturas de esta mañana. Yo apostaría que incluso si usted nunca ha memorizado versículos de la escritura en la escuela dominical, muchos de ustedes tendrán pedazos de este salmo retumbando en alguna parte en su memoria. Generalmente pensamos en ello como un salmo reconfortante – pastos verdes, aguas tranquilas, que habita en la casa del Señor– y nos imaginamos a nosotros mismos en la posición de la ponente en el salmo. Pero ¿alguna vez has notado lo mucho que se exige de nosotros si lo hacemos? Tan pronto como nos instalamos en nuestro soleado parche de hierba, estamos izados hasta caminar por el agua. Nos abrimos paso en las vías, que nos llevan a través de un valle aterrador, sólo para terminar en una mesa con gente que preferiríamos evitar.

  • ¿Alguna vez se ha sentido enojado o frustrado cuando parecía que estaba siendo forzado a salir de un lugar de comodidad para entrar en un lugar nuevo y aterrador?

Pero no estamos solos a través de cualquiera de ellos. El pastor gentil está con nosotros en el prado pacífico y en el valle oscuro, sentado al lado de nosotros en la mesa, y con el tiempo dándonos la bienvenida en su casa.

1 Pedro 2:19-25

Este es un pasaje difícil de la escritura, que se ha utilizado para justificar y glorificar el sufrimiento. Sin embargo, este punto de vista está en conflicto directo con las palabras de la lectura del evangelio de esta mañana: “Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia” (Juan 10:10). ¿Cómo es posible conciliar el estímulo a sufrir con la vida abundante?

Si nos fijamos en este pasaje en su contexto, en 1 de Pedro, verás que el leccionario ha eliminado de hecho el primer versículo del pasaje, el versículo 18, que indica que este pasaje se dirige específicamente a los sirvientes y esclavos. Esto no es un llamamiento general a todos los cristianos que deben sufrir, pero es una dirección específica para aquellos que ya se encuentran en circunstancias de sufrimiento extremo. Por lo tanto, es un recordatorio de que Dios está con ellos en su sufrimiento y es un llamado a permanecer fieles a pesar de sus circunstancias, y no es una instrucción para buscar más sufrimiento para ellos mismos.

El pasaje recuerda a aquellos que están sufriendo de que Cristo sufrió y murió por sus pecados, les recuerda que ya han sido bienvenidos de nuevo en el redil bajo el cuidado del pastor.

  • ¿Estar consciente del sufrimiento de Cristo le brinda consuelo en los momentos de sufrimiento? ¿Cómo un llamado a aliviar el sufrimiento de los demás encaja con esta perspectiva?

Juan 10:1-10

Hay todavía otro pastor en la lectura del evangelio de hoy, que entra por la puerta y llama a sus ovejas por su nombre. La metáfora puede parecer clara en la primera sección del texto: Jesús es el pastor que conoce y atiende a sus ovejas. Pero Jesús no hace esa paralela en el pasaje que tenemos ante nosotros. Jesús se identifica a sí mismo como el Buen Pastor, en el versículo 11, pero nuestro texto se detiene en el versículo 10, que nos deja con la identificación: “Yo soy la puerta de las ovejas”. Esto nos obliga a suspender nuestra conexión automática entre Jesús y el pastor para considerar cómo Jesús puede ser la puerta.

  • ¿Cómo usted puede entender que Jesús es la puerta en este pasaje?

No somos los primeros en hacer esta pregunta, y existen numerosas teorías y enfoques. Una interpretación común es la idea de Jesús como la puerta a la salvación. Para mí, el más poderoso significado de Jesús como la puerta está en relación con su voluntad para que todos tengan vida en abundancia. Jesús como puerta se interpone entre nosotros y los ladrones y bandidos que matan y destruyen. Pero Jesús como la puerta lleva todo el peso de esta amenaza, creando áreas de pasto seguro en el que podamos alcanzar la vida abundante.

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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