Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Pascua 7 (B) – 2012

May 20, 2012


Hechos 1:15-17, 21-26

  • ¿Quién o qué “falta” en su comunidad?

Jesús deja a los apóstoles con una enorme responsabilidad: la de ser sus testigos “hasta los confines de la tierra” (Hechos 1:8).

Semejante a lo que vemos en los Hechos de los Apóstoles, la iglesia también necesita hoy un cuerpo de líderes que pueda llevar a cabo responsabilidades inciertas e impredecibles. A veces, la iglesia necesita líderes como Pedro, que inician una conversación, otras veces la iglesia necesita líderes como Matías que aceptan las obligaciones reveladas por Dios a través de la comunidad. Sin embargo, la iglesia siempre necesita líderes que puedan unir mediante la oración al darse cuenta de que falta alguien o algo.

Salmo 1

  • Dónde te ha “plantado” Dios?
  • ¿Qué es lo que te mantiene “arraigado”?

En este salmo de la sabiduría, nos enteramos de que los justos son como árboles, un símil que, incluso en la cultura contemporánea, simboliza fuerza, resistencia y productividad. En general, las ilustraciones de “árbol de la vida” representan esta fuerza que da vida de la naturaleza como teniendo raíces que están expuestas y visibles a la vista. En realidad, sin embargo, un árbol con las raíces expuestas no podría sobrevivir durante mucho tiempo.

Al igual que los árboles reales, nosotros también tenemos raíces: en nuestra familia, en nuestra tradición, y en los distintos lugares en que hemos vivido. Al igual que los árboles de verdad, estas raíces están enterradas bajo capas y capas en “la suciedad” de la tierra. Por lo tanto, primero tenemos que profundizar a través de las capas de la tierra, si queremos entender mejor nuestros enraizados orígenes. Para algunos, este proceso es doloroso y humillante. Durante ciertas épocas de nuestra vida, el suelo es fangoso y el proceso de cavar en el fango nos deja llenos de suciedad. En otras épocas, el suelo está duro como la roca y la tarea de abrirnos el camino a través de la tierra de nuestra vida parece imposible. Sin embargo, en otras épocas el terreno es ideal para cavar. Estas épocas nos proporcionan las condiciones adecuadas para que descubramos nuestras raíces ocultas.

1 Juan 5:9-13

  • ¿Dónde encuentra tu testimonio personal mejor recepción? ¿Y peor recepción?
  • ¿Cómo te asocias a la misión de Dios en el mundo?

El compartir el propio testimonio personal puede ser un reto. Los detalles parecen bastante claros, ¿verdad? De acuerdo a la primera carta de Juan, el testimonio es éste: “Dios nos ha dado vida eterna y esta vida está en su Hijo”. Sin embargo, ¿qué pasaría si los que escuchan no quieren escuchar lo que tenemos que decirles? ¿Qué pasaría si estas personas nos dicen que estamos equivocados?

La primera carta de Juan se dirige a una comunidad que cree que Jesús es el Mesías. Por lo tanto, la carta no pretende ser argumentativa. En su lugar, el autor trata de animar a los que ya se han asegurado la vida eterna porque creen.

Sin embargo, estudios sobre la historia de la Iglesia revelan que el creer tener la verdad a menudo es origen de argumentación. Los nuevos métodos de interpretación bíblica arrojar una luz sospechosa sobre los métodos antiguos y sus autores lucharon a veces hasta la muerte con el fin de defender su reclamo. Incluso hoy en día, la conciencia cada vez mayor de otras tradiciones de fe complica el llamado a compartir nuestra propia verdad. Afortunadamente, la fe verdadera se basa en el testimonio de Dios, así como en el nuestro y el testimonio de Dios aún no se ha revelado plenamente.

Juan 17:6-19

  • ¿Cómo nos santifica Dios?

¡Un momento! ¿Nosotros no pertenecemos al mundo, pero todavía tenemos que vivir aquí? Estos versículos parecen paradójicos ya que un sentimiento de pertenencia por lo general nos hace sentir más “completos” que un sentimiento de exclusión. Los patios de las escuelas de todo el mundo, por ejemplo, están llenos de niños que gritan, “¡Yo también quiero jugar!”

A medida que envejecemos, el deseo de formar parte de algo sigue resonando a lo largo de las diferentes etapas de nuestras vidas: “Por favor, elíjame para unirme al equipo de su compañía”, podría decir alguien. Otro: “Esta relación no me hace sentir tan “cómodo” como había pensado”. En días como estos, puede que solamente encontremos un sentido de pertenencia a través de la oración de Jesús de que hemos sido santificados, escogidos, hechos santos, y orientados a algo más grande que a lo que nuestras inclinaciones humanas nos orientan.

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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