Estudio Bíblico

Estudio Bíblico: Propio 4 (B) – 2024

June 02, 2024

LCR: Deuteronomio 5:12-15; Salmo 81:1-10; Romanos 8:22-27; Marcos 2:23-3:6

Deuteronomio 5:12-15

Qué interesante que nuestra colecta ruegue a Dios que nos dé cosas provechosas, y la sabiduría de Dios dispensada en esta lectura es bastante directa: necesitamos ordenar correctamente nuestra vida, al menos en la medida en que dependa de nosotros. Santificar el día de reposo -ordenarlo- implica el culto corporativo y la acción de gracias al Dios que nos hizo y abstenerse de aquellas prácticas ajetreadas que alejan nuestra atención de Dios. Y además, debemos permitir y animar a los que están a nuestro cargo a que también descansen del trabajo.

Guardar el sábado, aunque pueda parecer extraño, es fidelidad; en el proceso, ralentizamos o detenemos nuestro consumo y distracción, y en su lugar adoramos y confiamos en Dios, que nos ha liberado a nosotros y a nuestros antepasados una y otra vez.

  • ¿Quién necesita en tu vida un recordatorio para descansar?
  • ¿Cuáles son los obstáculos a tu descanso?

Salmo 81:1-10

Una vez más, oímos la llamada a recordar a Dios y el orden adecuado de nuestras vidas. Dios nos liberó; Dios nos guió por el desierto; Dios nos amó tanto que envió a su Hijo Unigénito para mostrarnos cómo vivir; Dios resucitó a Jesucristo de entre los muertos y abrió el camino de la salvación para todos nosotros.

Si esto es verdad -y creemos que lo es-, ¿cómo debemos vivir entonces? El salmista sugiere que cantemos y gritemos y hagamos música con alegría, que santifiquemos los días que son santos, que invoquemos a Dios en nuestros problemas y que confiemos en el poder de Dios para librarnos.

  • ¿Cómo has experimentado la fidelidad de Dios?
  • ¿Qué harás para responder a esa fidelidad?

Romanos 8:22-27

Siguiendo con el tema del orden correcto, Pablo escribe a los Corintios una letanía de formas en las que el poder de Dios actúa en nosotros, no porque seamos especialmente grandes y hayamos ganado un premio por ello, sino porque Dios es extraordinariamente poderoso y extraordinariamente bueno.

Recibir este don glorioso -un don que evita el aplastamiento, la desesperación, el desamparo y la destrucción- nos obliga a compartirlo con los demás. Es único entre los dones en el sentido de que, aunque cada vez más personas participen de él, nunca disminuye. Por tanto, ordenar correctamente nuestras vidas al servicio del Dios que nos salva significa vivir también en una relación correcta con nuestros vecinos.

  • ¿Con quién has compartido el poder y la gracia de Dios?
  • ¿Quién ha compartido contigo el poder y la gracia de Dios?

Marcos 2:23-3:6

Por último, en nuestra lectura del Evangelio de hoy, nuestro Señor demuestra su señorío sobre todas las cosas, incluido el propio sábado. Jesús y sus discípulos hacen caso omiso de las leyes y costumbres políticas y religiosas, acciones provocadoras, por supuesto. Y quizá Jesús podría haber encontrado una forma más educada de mantener la conversación con los fariseos. Pero aquí fuerza el punto: la fidelidad al sábado no es fidelidad a un libro de reglas, sino fidelidad al Dios que instituye el sábado. Nuestra devoción debe dirigirse siempre a Dios, y aunque eso incluye a menudo la fidelidad a la Iglesia de Dios, debemos ser sabios y discernir si están reñidas y cuándo.

  • Si fueras fariseo, ¿cómo crees que habrías respondido a Jesús?
  • ¿Dónde has visto que las estructuras se interpongan en el ejercicio del amor?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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