Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Propio 15 (B) – 2012

August 19, 2012


Proverbios 9:1-6

En este pasaje, la Sabiduría edifica su casa y pone la mesa para todos, y muy especialmente para la gente sencilla. En el capítulo anterior, ha hecho un llamamiento a todas las personas para que la sigan. De hecho, dice que todo aquel que la encuentra, también encuentra al Señor y la vida. Ella llama a todos a sí misma, pidiéndoles que dejen “a un lado la inmadurez, y vivan, y caminen en el camino de la visión”. La antigua tradición judía creía que la sabiduría era algo así como una persona. Algunos creían que era el primer nacido de Dios, el que le asistió en la creación, otros pensaban que era la esposa de Dios. Más tarde los filósofos judíos, como Filón, la llamo el Logos. Logos es una palabra griega que significa “palabra” o “razón” que los primeros cristianos utilizaron para hablar de Jesús (“En el principio era el Verbo (Logos)” Juan 1:1).

  • En este pasaje, la Sabiduría prefigura la bienvenida que todo lo abarca de Jesús, que invitó a prostitutas y recaudadores de impuestos a sentarse con él a la mesa. Ella invita a todos los que son sencillos como Él invita a todos los que están agobiados y cargados. La invitación de Dios está abierta  a todos, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo. ¿Cómo se puede ser una sirvienta de la Sabiduría e invitar a todos a su mesa?

Salmo 111

¡Grandes son las obras del Señor! El salmista alaba a Dios por todas sus obras maravillosas, por la gracia y la compasión divinas. En particular, el salmista menciona el don de Dios de los alimentos “para los que le temen”. No solemos pensar en Dios actuando de esta manera, porque vemos a tantas personas que lo merecen muriéndose de hambre. Es evidente que no todos los que temen a Dios tienen suficientes alimentos para comer. Pero Dios también ha enviado redención a su pueblo, que nos hará tener en cuenta que Dios va a rescatar a los que tienen hambre de aquellos que los oprimen, como proclama el Magníficat, cuando colma a los hambrientos de cosas buenas, y a los ricos los despide vacíos.

  • Oramos para que la redención de Dios se manifieste aquí en la tierra como en el cielo, pero ¿estamos preparados para los problemas que ello acarreará a nuestra sociedad? ¿Estamos preparados para cumplir con nuestro papel de ser las manos de Dios en el mundo para cumplir que su voluntad sea una realidad, aunque esto pueda significar una pérdida de material a nosotros mismos?

Efesios 5:15-20

El autor de Efesios nos encomienda la tarea del salmista que acaba de hacer: “Cantad salmos e himnos y cánticos espirituales entre vosotros”. Alabad al Señor, escribe, y dad gracias a Dios siempre, en nombre de Cristo.

  • ¿Por qué está usted especialmente agradecido/a? Si el canto no es su fuerte, ¿cómo puede expresar mejor el agradecimiento a Dios?
  • ¿Cómo esta idea de la gratitud y de la alabanza se compagina con la abundante manifestación de Dios tal como se muestra en la mesa de la Sabiduría? ¿Cómo puede usted recordar eso en todo momento y no solamente al cantar?

Juan 6:51-58

Como la Sabiduría invitó a todos a su mesa, y como el salmista declaró que Dios daría comida a los que le temen, de la misma manera Jesús declara que él dará a su cuerpo como alimento para la vida del mundo. Jesús es el Pan de Vida que nos nutre en tiempos de dificultad.

Esto de ninguna manera nos excusa a los que tenemos pan de compartirlo con nuestros vecinos que no tienen nada ¡ni mucho menos! Si Jesús nos da su propio cuerpo para nuestro alimento, debemos ser generosos con lo que tenemos, y dar a los demás. Sin embargo, Jesús declara que el alimento que Dios da será más importante que el simple pan. Cristo habita en aquellos que lo reciben, y ellos habitan en él.

A través de la Eucaristía, estamos conectados con Cristo eternamente y hechos uno con él. Mediante la Eucaristía, se nos asegura la vida eterna. Pero que la vida no es solo para nosotros mismos. Se nos encarga gritar, al igual que la Sabiduría y sus criadas, para invitar a todo el mundo a que todos puedan compartir el pan de vida de Cristo, no solo en la Eucaristía, sino en la comunidad de amor  y compartir las cargas que es el Cuerpo de Cristo, la Iglesia.

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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