Calendario Litúrgico

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Sexto Domingo después de Epifanía

La Colecta:

Oh Dios, fortaleza de los que ponen su confianza en ti: Acepta con misericordia nuestras súplicas, y puesto que, por nuestra flaqueza, no podemos hacer nada bueno sin ti, danos el auxilio de tu gracia; para que, al guardar tus mandamientos, te agrademos, tanto de voluntad como de hecho; por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos.  Amén.

Antiguo Testamento: Jeremiah 17:5-10

El Señor dice: 
«Maldito aquel que aparta de mí su corazón, 
que pone su confianza en los hombres 
y en ellos busca apoyo. 
Será como la zarza del desierto, 
que nunca recibe cuidados: 
que crece entre las piedras, 
en tierras de sal, donde nadie vive. 

»Pero bendito el hombre que confía en mí, 
que pone en mí su esperanza. 
Será como un árbol plantado a la orilla de un río, 
que extiende sus raíces hacia la corriente 
y no teme cuando llegan los calores, 
pues su follaje está siempre frondoso. 
En tiempo de sequía no se inquieta, 
y nunca deja de dar fruto. 

»Nada hay tan engañoso y perverso 
como el corazón humano. 
¿Quién es capaz de comprenderlo? 
10 Yo, el Señor, que investigo el corazón 
y conozco a fondo los sentimientos; 
que doy a cada cual lo que se merece, 
de acuerdo con sus acciones.»     

Salmo: 1

1     Bienaventurado el que no anduvo en consejo de malos, *
           ni estuvo en camino de Pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
2     Sino que en la ley del Señor está su delicia, *
           y en su ley medita de día y de noche.
3     Será como el árbol plantado junto a corrientes de aguas,
       que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae, *
           y todo lo que hace prosperará.
4     No así los malos, no así, *
           que son como el tamo que arrebata el viento.
5     Por tanto, no se levantarán los malos en el juicio, *
           ni los pecadores en la congregación de los justos;
6     Porque el Señor conoce el camino de los justos, *
           mas la senda de los malos perecerá.

Nuevo Testamento: 1 Corintios 15:12-20

12 Si nuestro mensaje es que Cristo resucitó, ¿por qué dicen algunos de ustedes que los muertos no resucitan? 13 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 14 y si Cristo no resucitó, el mensaje que predicamos no vale para nada, ni tampoco vale para nada la fe que ustedes tienen. 15 Si esto fuera así, nosotros resultaríamos ser testigos falsos de Dios, puesto que estaríamos afirmando en contra de Dios que él resucitó a Cristo, cuando en realidad no lo habría resucitado si fuera verdad que los muertos no resucitan. 16 Porque si los muertos no resucitan, entonces tampoco Cristo resucitó; 17 y si Cristo no resucitó, la fe de ustedes no vale para nada: todavía siguen en sus pecados. 18 En este caso, también están perdidos los que murieron creyendo en Cristo. 19 Si nuestra esperanza en Cristo solamente vale para esta vida, somos los más desdichados de todos. 

20 Pero lo cierto es que Cristo ha resucitado. Él es el primer fruto de la cosecha: ha sido el primero en resucitar.     

El Evangelio: Lucas 6:17-26

17 Jesús bajó del cerro con ellos y se detuvo en un llano. Se habían juntado allí muchos de sus seguidores y mucha gente de toda la región de Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y Sidón. 18 Habían llegado para oír a Jesús y para que los curara de sus enfermedades. Los que sufrían a causa de espíritus impuros, también quedaban sanos. 19 Así que toda la gente quería tocar a Jesús, porque los sanaba a todos con el poder que de él salía. 

20 Jesús miró a sus discípulos, y les dijo: 

«Dichosos ustedes los pobres, pues de ustedes es el reino de Dios. 

21 »Dichosos ustedes los que ahora tienen hambre, pues quedarán satisfechos. 

»Dichosos ustedes los que ahora lloran, pues después reirán. 

22 »Dichosos ustedes cuando la gente los odie, cuando los expulsen, cuando los insulten y cuando desprecien su nombre como cosa mala, por causa del Hijo del hombre. 23 Alégrense mucho, llénense de gozo en ese día, porque ustedes recibirán un gran premio en el cielo; pues también así maltrataron los antepasados de esa gente a los profetas. 

24 »Pero ¡ay de ustedes los ricos, pues ya han tenido su alegría! 

25 »¡Ay de ustedes los que ahora están satisfechos, pues tendrán hambre! 

»¡Ay de ustedes los que ahora ríen, pues van a llorar de tristeza! 

26 »¡Ay de ustedes cuando todo el mundo los alabe, pues así hacían los antepasados de esa gente con los falsos profetas!»

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Las lecturas del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y los Evangelios provienen de la Biblia Nueva Versión Estándar Revisada: Edición Anglicana, copyright 1989, 1995, División de Educación Cristiana del Consejo Nacional de las Iglesias de Cristo en los Estados Unidos de América. Usado con permiso. Todos los derechos reservados.

Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.

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