Sermones que Iluminan

Natividad de San Juan Bautista (B) – 2012

June 26, 2012


Hoy se celebra la Natividad de san Juan Bautista. Juan el Bautista fue muchas cosas. Fue un judío apocalíptico del primer siglo. Fue el último de los profetas del Antiguo Testamento. Fue el precursor de Cristo. Pero hoy, en su día de fiesta, vamos a pensar en Juan como un terapeuta de masaje espiritual.

Un sacerdote episcopal cuenta una historia sobre la primera vez que recibió un mensaje. Fue un regalo de su mujer, que pensó que sería bueno para ayudarle a relajarse y prepararse para la temporada de vacaciones, que estaba a punto de comenzar. Él estaba un poco nervioso. Fue una experiencia nueva, y como él dice, se crió en un barrio de Nueva Jersey, donde los chicos no reciben masajes.

Pero fue y se encontró con una bien presentada, mujer de mediana edad que le dijo que iba a ser su “terapeuta de masaje”. Repitió esa frase en su mente: terapeuta de masaje, terapia de masaje. Tenía un sonido interesante, casi clínico. No podía ser tan malo, se dijo.

Entonces, su terapeuta de masaje le dijo que fuera a la habitación a quitarse toda su ropa, y que se acostase boca abajo sobre la mesa. Y se puso muy nervioso. Quitarse toda la ropa y acostarse sobre una mesa, incluso cuando estés ligeramente cubierto por una sábana, da un poco de ansiedad. Sin embargo, se dijo, soy sacerdote, y esto no es nada que no se pueda aceptar con un poco de fe. ¡Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios! ¡Alabamos a Dios porque hemos sido creados con temor y maravillosamente! ¡Nuestros cuerpos son templos del Espíritu Santo! ¡Teología del rescate!  ¿No es verdad?

¡Falso! No funcionó. El quid de la cuestión era que estaba tumbado boca abajo sobre una mesa cubierta por una sábana. Se sentía incómodo y torpe y vulnerable.

La terapeuta de masaje entró y se puso a trabajar. Al principio, parecía estar haciendo un trabajo exploratorio. Ella parecía saber cómo encontrar los lugares donde los músculos están anudados y tensos, lugares en los que ni siquiera él sabía que estaban anudados y tensos. No estaba mal. Todo iba bien. Una especie de relajante. Pero entonces, después de esta fase exploratoria inicial, esta bien presentada mujer de mediana edad cambió de algún modo, y empezó causar daño al sacerdote. Ella hundió sus fuertes dedos en los músculos nudosos y estresados, y el dolor le atravesó el cuerpo. Con voz suave ella le dijo cosas como: “Parece que estuvieras un poco duro por aquí”, y luego profundizó en el nudo. El dolor fue insoportable y exquisito al mismo tiempo, y durante la mayor parte de de una hora sometió el cuerpo estresado y tenso del sacerdote a la terapia del masaje.

Él describe la experiencia de esta manera. En primer lugar, realmente me dolió. Cuando hundió los dedos en un músculo anudado, el dolor quemaba a través de su cuerpo. Pero mezclado con esta experiencia de dolor, se dio la experiencia más profunda de los músculos aflojándose y deshaciéndose el nudo. Mientras yacía allí, con su terapeuta de masaje presionando en sus músculos, se dio cuenta de que su cuerpo se relajaba y se liberaba de las garras de los tensos y estresados músculos. Al mismo tiempo que se quejaba del dolor, también estaba experimentando un dulce alivio de las fibras musculares torturadas y retorcidas. Al final del masaje, se sintió muy bien. Fue un proceso doloroso de soportar, pero al final, los nudos músculos se relajaron y quedaron sin nudos, y el sacerdote se sintió como una persona nueva.

Al salir, la masajista le dijo al sacerdote que bebiera mucha agua durante las próximas veinticuatro horas, con el fin de eliminar las toxinas de su sistema. “¡Qué asco!”, pensó el sacerdote. Décadas de toxinas acumuladas en su sistema. No es el más agradable de los pensamientos. ¡Bebió galones de agua ese día!

Juan el Bautista es como la terapeuta de masaje.

Consideren el mensaje de Juan: “Preparad el camino del Señor, enderezad sus senderos”. Preparar el camino del Señor es una empresa espiritual seria. ¿Cómo podemos preparar el camino del Señor en nuestro mundo y en nuestros corazones hoy? Si Dios es amor, entonces, ¿qué cosas son las que impiden que el amor de Dios se extienda? Si el espíritu de Dios es el espíritu de la verdad y la bondad y la belleza, ¿cuáles son esas cosas que se interponen en el camino del espíritu de Dios en el mundo? Si Dios quiere que los seres humanos vivan en paz y armonía, entonces ¿qué es lo que impide que se cumplan sus deseos?

Y cuando nos formulamos esas preguntas, ahí se encuentra Juan el Bautista esperándonos para darnos la bienvenida, diciendo: “Hola, soy Juan, y voy a ser su terapeuta de masaje espiritual. Quítese la ropa, métase en el agua, y siéntase desnudo ante los ojos de Dios. Nos reuniremos en seguida, y nos pondremos a trabajar. Y tenemos mucho trabajo que hacer”.

Y ahí están las ásperas manos del profeta dispuestas a penetrar en las fibras retorcidas y anudadas de nuestra vida espiritual. En manos del Bautista sentimos el dolor de que se identifiquen y se trabaje en los nudos espirituales de nuestra vida individual y comunitaria.

¿Mantiene el enojo en su alma anudada por alguna lesión anterior? ¿Los chismes maliciosos han desgarrado el tejido espiritual que nos conecta a los demás? ¿Está usted todavía alimentando contra alguien algún viejo rencor que le está causando calambres? ¿El consumismo le tiene estresado espiritualmente? ¿El miedo y los prejuicios han causado que se formen ​​nudos de odio e intolerancia en el cuerpo político?

Las manos fuertes del Bautista están listas para realizar un masaje profundo del tejido sobre todo aquello que bloquea la venida del Señor. Es un proceso doloroso, pero necesario.

Sin embargo, aun en medio del dolor, en medio del dolor abrasador causado en nuestras almas, se da las sensación de que se nos está aliviando y liberando de las fibras tensas y torcidas de nuestro enfado y de nuestro miedo y de nuestros prejuicios. A medida que nos sometemos a la terapia de masaje espiritual, las toxinas que estaban contaminando nuestro sistema se están volcando en las aguas del bautismo.

Hay muchas cosas que todavía están bloqueando los caminos de paz y compasión en nuestros corazones y en nuestro mundo de hoy. Cosas como el enfado y el miedo y la injusticia. Para preparar el camino del Señor, para hacer rectos sus senderos, puede que todos tengamos que someternos un poco a una terapia de masaje espiritual. Top of Form

Se nos invita a que nos tumbemos en la mesa de mensaje espiritual de Juan el Bautista, y nos sometamos a su tratamiento. Es difícil de soportar, pero en medio de el, podemos experimentar este proceso como un dulce alivio, y podemos sentir que hemos sido transformados en mujeres y  hombres nuevos.

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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