Katharine Jefferts Schori

The 26th Presiding Bishop of The Episcopal Church

Sermon for Epiphany 3, Year A

January 23, 2011
Katharine Jefferts Schori

Andrew and Simon Peter, and the Zebedee brothers are all invited to leave their familiar fishing work and start a different kind of fishing.

Those two sets of Galilean brothers take to the road with Jesus, and follow him as he tells about the good news of God’s reign, feeds and heals people. That’s what Isaiah calls shining light on those who have lived in darkness.

What has brought healing and light to this congregation? I don’t know many of the details, but at some point you decided that fishing nets with instructions only in English weren’t terribly effective any more. You left those nets behind, or at least some of them, and picked up some new ones, with instructions in Spanish. You noticed that the kinds of fish had changed, and that different methods were required.

Jesus asks us to let go of the old tools and pick up new ones along the way. We’re supposed to go out there and discover people who need good news and light in the midst of darkness, not just wait here for fish to swim within reach of our nets.

The word we heard this morning is filled with images of water and light – the water of baptism, the waters of fishing, and the seaside highway that Isaiah insists is going to be glorious. Light drives out the darkness, forces the retreat of gloom for those in anguish, and sends Jesus to Capernaum by the sea, bringing light to the coastlands.

Where else do we hear about light and darkness, waters of various kinds but in the beginning of creation, when God creates light and separates waters. All of these images are about new creation – the new thing God is doing in the midst of building a beloved community of those who fish for people, bringing good news, and healing.

Baptism is about new creation and being children of light. It’s an active, involved, ongoing creation in which we take part. It involves change and movement and travel, both getting out of our own way and encountering the vast diversity of God’s creation. Follow Jesus, and see the world! Follow Jesus, and truly see where the darkness is, where light and healing are needed! Following Jesus is about new birth and bringing into the light.

Yet none of us can produce light all alone, out of nothing. We can reflect it, and we can transform it, and we can produce light from stored up energy, but ultimately we depend on another source. Baptism invites us to connect with that source of light, and then share it with a world in need of it. Our task is to become collectors of light.

If you were a fisherman, what kinds of net would you need to catch light? Think about plants – they’re designed to harvest light and turn it into carbohydrates. That’s basically where all our food comes from. We would soon starve without the light of the sun and plants to transform the light. Those light-harvesting plants also give us lumber and paper, and they’re the source of the coal and oil and natural gas that let us put the sun’s energy to work in other ways: housing, transportation, literature – clothing, too – and the energy to run computers, and airplanes, cell phones and organs. Raw material for guitars and food for dancers. What did Jesus mean when he said he was the light of the world? It has something to do with light being the life of the world.

Jesus goes to Capernaum by the sea in order to bring light into the lives of those who dwell in darkness. He calls those four brothers to follow him, to share in his work of lighting the world. Our baptism means the same thing – time to join the body of light-bringers, giving life to the world. When Jesus says, “repent, the kingdom of heaven has come near” it doesn’t mean to be sad or depressed. It’s an invitation to turn around and face the light. We’re meant to be like sunflowers, that face the sun all during the day, continually turning to face it directly so they can take full advantage of the sunlight. During the night they turn some more, so that at the first rays of dawn, they’re oriented directly toward the rising sun. We’re supposed to do the same, leaning toward the source of life, depending on the holy one at work in our midst, and when the night seems darkest, to keep turning in expectation of the dawn.

We’re being invited to become transformers of light, rather than just light sinks, so that the light of Christ can heal and light up the world.

May we all be like sunflowers!

San Lucas, Jacksonville, FL

Sermón de la Epifanía 3, Año A

January 23, 2011

By: Katharine Jefferts Schori

Andrés y Simón Pedro, y los hermanos Zebedeo están todos invitados a dejar sus labores de pesca familiar y empezar otro tipo de pesca.  

Los hermanos de Galilea fueron al sendero con Jesús, y le siguen cuando él habla de las buenas noticias del reino de Dios, se alimenta y cura a la gente.  Eso es lo que Isaías llama el luz brillando sobre aquellos que han vivido en la oscuridad. 

Cual cosa ha traído la curación y la luz a esta congregación?  No sé muchos de los detalles, pero en algún momento ustedes decidieron que las redes de pesca con las instrucciones sólo en Inglés no eran muy efectivos. Ustedes se quitaron de esas redes, y recogieron algunas nuevas, algunas redes hispanohablantes.  Habian ustedes notado que los tipos de peces había cambiado, y que necesitaron métodos diferentes.  Jesús nos invita a dejar de lado las viejas redes y recoger otras nuevas en caminando.  Se supone que debemos salir y descubrir las personas que necesitan buenas nuevas y luz en medio de la oscuridad.  No sólo debemos esperar aquí por los peces nadando muy cerca de nuestras redes. La palabra que hemos escuchado esta mañana esta llena de imágenes de luz y agua – el agua del bautismo, las aguas de la pesca, y la carretera costera que Isaías insiste que va a ser glorioso.  La luz expulsa las tinieblas, y retira las tinieblas para aquellos en angustia, y envía a Jesús a Cafarnaúm junto al mar, trayendo luz a las costas. ¿Dónde más se oye sobre la luz y la oscuridad, ly as aguas de varios tipos, pero en el principio de la creación, cuando Dios crea la luz y separa las aguas.  Todas estas imágenes son de la nueva creación – lo nuevo que Dios está haciendo en medio de la construcción de una comunidad amada de los que pescan por hombres y mujeres, trayendo buenas noticias y la curación. El bautismo significa la nueva creación y siendo hijos de la luz.  Es una activa creación en que tomamos parte.  Necesita cambio y movimiento y viajes, tanto para salir de preocupacion de si mismo y para encontrar la gran diversidad de la creación de Dios.  Siga a Jesús, y vea el mundo!  Seguir a Jesús, y ver la oscuridad, donde se necesita la luz y la curación!  Seguir a Jesús significa el nuevo nacimiento, y dar a la luz. Sin embargo, ninguno de nosotros puede producir luz sola, de la nada.  Podemos reflejar, y lo podemos transformar, y podemos producir luz de la energía almacenada, pero en última instancia dependemos de otra fuente.  El bautismo nos invita a conectar con esa fuente de luz, y luego compartirlo con un mundo que la necesita.  Nuestra tarea es llegar a ser colectores de la luz. Si usted fuera un pescador, ¿qué tipo de red necesitara para capturar la luz?  Piense de las plantas – que están diseñados a cosechar la luz y convertirlo en carbohidratos.  Eso es, básicamente, de donde vienen nuestros alimentos.   Moriríamos de hambre sin la luz solar y las plantas para transformar la.  Las plantas como cosechadores de luz nos dan madera y papel, y son la fuente del carbón y el petróleo y el gas natural.  Plantas son la fuente de energía que podemos utilizar en otras maneras:  como vivienda, transporte, literature, ropa, – y la energía para motivar los computadores, aviones, teléfonos celulares y los órganos.  ¿Qué significó Jesús cuando dijo que era la luz del mundo?  En parte, significa que la luz es la vida del mundo. Jesús va a Cafarnaúm junto al mar para traer luz a los que moran en la oscuridad.  Él llama a los cuatro hermanos a seguirlo, a compartir su obra de iluminación del mundo.  Nuestro bautismo significa la misma cosa – tiempo para unirse al cuerpo de luz-portadores, dando vida al mundo.  Cuando Jesús dice, “se arrepienten, el reino de los cielos se ha acercado” no significa estar triste o deprimido.  Es una invitación a darse la vuelta y se enfrentan a la luz.  Estamos destinados a ser como los girasoles, que enfrentanse al sol durante todo el día, continuamente girando para enfrentarlo, para que puedan aprovechar al máximo la luz del sol.  Durante la noche se vuelven un poco más, de modo que al inicio de la madrugada, están orientados directamente hacia el sol levantado.  Debemos hacer lo mismo, inclinándose hacia la fuente de la vida, y el trabajo de dios en medio de nosotros, y cuando la noche parece más oscura, para siguendo girando a la espera de la aurora. Estamos invitados a convertirnos en transformadores de luz, en lugar de consumidores de luz, para que la luz de Cristo puede curar e iluminar el mundo.  Que seremos todos girasoles.

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