Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Propio 27(A) – 2023

November 12, 2023

LCR: Josué 24:1-3a, 14-25; Salmo 78:1-7; 1 Tesalonicenses 4:13-18; Mateo 25:1-13

Josué 24:1-3a, 14-25

“Si ustedes lo abandonan y sirven a otros dioses, el Señor responderá haciéndoles mal, y los destruirá a pesar de haberles hecho tanto bien.” A pesar de que la intensidad de Josué en nuestra lectura puede resultar incómoda, me pregunto si lo que dice tiene algún mérito. Josué advierte a los israelitas que no deben comprometerse a la ligera. Él explica que seguir al Señor no implica una decisión que se tome a la ligera ni se deshaga con facilidad; si se embarcan en este camino, debe ser un compromiso total. Los israelitas responden asegurando que están dispuestos a entrar en el pacto de Dios y obedecerlo. Josué les pide de inmediato que respalden sus palabras con acciones, demostrando así su compromiso y dedicación al renunciar a la adoración de dioses extranjeros y enfocar su devoción en Dios. Servir a Dios no es simplemente un ejercicio intelectual, sino una intención que se traduce en acciones concretas.

La elección de servir a Dios no debe tomarse a la ligera. Somos testigos de nuestra propia fe y práctica. Escogemos nuestro propio nivel de responsabilidad, pero, como Josué advirtió a los israelitas, seguir a Dios exige la entrega completa de nuestro ser.

  • Somos testigos de nuestros propios compromisos espirituales y, sin embargo, nuestra tradición nos anima a vivir nuestra piri comunidad. ¿Tienes socios responsables, oficiales o no, para tu(s) práctica(s) piritual(es) y religiosa(s)?
  • ¿Cómo “vuelves tu corazón”  hacia Dios? ¿Cómo sería esa práctica para ti?

Salmo 78:1-7

Los primeros versículos del Salmo 78 se enfocan en la importancia de recordar las historias del pueblo de Dios y en la necesidad de transmitirlas a las generaciones futuras. El salmista “dirá cosas que han estado en secreto desde tiempos antiguos” y que la comunidad conoce, ya que estas historias, tanto las positivas como las negativas, les fueron transmitidas por sus antepasados. Su identidad cultural se define a través de estas historias antiguas que generan intereses comunes y prácticas culturales y religiosas afines. El salmista no solo enfatiza la importancia de enseñar los mandamientos, sino también las interacciones de Dios con su pueblo: los acontecimientos dignos de alabanza y las maravillosas obras realizadas por Dios. Así como los padres transmiten las historias familiares, el salmista subraya la importancia de que la generación actual comparta las historias de la comunidad con las generaciones venideras. Tenemos la responsabilidad de preservar el conocimiento de nuestra historia colectiva, aprender de nuestros errores y depositar nuestra confianza en Dios.

  • ¿Cuáles son las historias compartidas de tu comunidad o comunidades?
  • ¿Qué esperas que las generaciones futuras aprendan de nosotros? ¿Qué narrativas estamos transmitiendo?

1 Tesalonicenses 4:13-18

El dolor es un emoción poderosa, una fuerza devastadora capaz de desgarrarnos por completo, de desenterrar partes olvidadas de nuestro ser y todo lo que se interponga en su camino. Es una emoción desordenada y abrumadora que teje su presencia en cada rincón de nuestra existencia. En su epístola a los Tesalonicenses, Pablo se esfuerza por brindar consuelo a la comunidad ante la pérdida de sus hermanos en la fe. Con profunda convicción, les asegura que sus amigos y seres queridos no han quedado excluidos del regreso glorioso de Jesús, el gran acontecimiento que todos anhelan. Pablo les exhorta a no entristecerse sin esperanza. Así como Jesús resucitó de entre los muertos, nosotros también anhelamos nuestra propia resurrección. Tenemos la confianza de que este mundo no marca el fin y que, en la otra vida, no experimentaremos sufrimiento, sino que nos reuniremos con nuestro Creador. No podemos eludir la pena, pero podemos estar seguros de que Dios estará con nosotros en nuestro dolor. La tristeza no tendrá la última palabra. Como seguidores de Cristo, anhelamos una vida futura: una vida después de la muerte y una vida en medio del dolor.

  • ¿Te imaginas que exista una vida después del dolor? ¿Consideras que el duelo es algo por lo que se puede avanzar hasta superarlo? ¿Cómo cambia el duelo con el tiempo?
  • ¿Cuándo has sentido la presencia de Dios en medio de tu duelo? ¿En qué momentos te has sentido solo o sola?

Mateo 25:1-13

Jesús nos presenta una parábola intrigante. Diez damas de honor aguardan para acompañar al novio al banquete de bodas. Cinco de ellas han venido prevenidas con aceite adicional, conscientes de la posibilidad de una larga espera. Las otras cinco no lo hicieron. Solicitaron a las damas de honor precavidas que compartieran su aceite, pero estas se negaron. ¿Qué sucedió con eso de que “las chicas siempre se apoyan entre sí?” A simple vista, podría parecer que no hubo solidaridad entre las jóvenes, pero la situación es más compleja. Las damas de honor sensatas no tenían suficiente aceite para compartir, ya que sabían que era preferible que cinco lámparas iluminaran todo el camino a que las diez se quedaran sin aceite a mitad del recorrido. Solo cinco de ellas estaban preparadas y poseían la sabiduría necesaria para llevar a cabo la tarea.

La parábola resalta la significativa preparación individual y la inversión personal en nuestra colaboración para la creación del Reino de Dios en comunidad. Tu amiga o amigo puede llevar una vida de oración constante y orar por ti, pero no puede orar en tu lugar. El hecho de que tu iglesia participe en labores de reconciliación racial antirracista no significa que salgas ileso en tu propio trabajo interno. Nuestras relaciones con lo divino son personales, al igual que nuestras contribuciones para traer el Reino de Dios. Nuestra fe se debe vivir en comunidad, pero no podemos depender de otros para prepararnos para el Reino. Existe un delicado equilibrio entre la responsabilidad comunitaria y ser un miembro crítico y activo de esa comunidad. Podemos estar listos y comprometidos, o podemos ser desconfiados e indiferentes, no preparados para desempeñar nuestro papel.

  • ¿Cuándo has actuado como una dama de honor sabia? ¿Y cuándo como una insensata?
  • ¿Qué áreas de tu vida necesitan mayor atención y preparación?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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