Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Propio 7 (A) – 2023

June 25, 2023

RCL: Génesis 21:8-21; Salmo 86:1-10, 16-17; Romanos 6:1b-11; Mateo 10:24-39

Génesis 21:8-21

Fuera del libro de Génesis, la palabra “Abrahán” aparece en la Biblia 142 veces. Compare eso con Sara, que aparece 24 veces, y Agar que sólo aparece 3 veces, una vez en Baruc y dos en la Carta a los Gálatas. Dado que el padre Abrahán es recordado por el pacto que Dios hace con él para proveer descendientes tan numerosos como las estrellas (Gen 15: 5), parece extraño que los autores bíblicos ignoren a Sara y Agar, sin quienes Abrahán no hubiera tenido descendientes.

El autor pinta un cuadro de la historia de hoy de una Sara celosa que expulsa a la indefensa Agar al desierto con su hijo joven. Agar, una sirvienta, se vio obligada, en contra de su voluntad, a tener relaciones sexuales con su amo, darle un hijo, para luego ser arrojada por la mujer celosa de su amo al desierto, donde ella y su hijo seguramente morirían de sed. Los celos humanos, el orgullo y la ambición colocan a estas mujeres una contra otra. Dios, sin embargo, permanece fiel a Sara y a Agar. Agar llama a Dios, y Dios provee agua y hace de Ismael una gran nación. Por medio de Sara e Isaac, Dios hace otra gran nación. En el mundo de hoy, vemos una y otra vez a unas naciones enfrentadas a otras cuando caemos en la trampa del pecado de los celos, del orgullo y la ambición egoísta. Quizás al recordar que Dios nos ama y nos cuida incluso cuando caemos en el pecado, podremos buscar crear un mundo donde amemos a todas las naciones como familia.

  • Observa el famoso grabado de Gustave Doré de Agar en el desierto. ¿Esta imagen cambia para ti la historia de alguna manera? ¿Cómo puedes describir la historia de Agar e Ismael?
  • ¿Cuándo en tu vida has estado celoso de los logros de otros? ¿Cómo podría Dios transformar esos celos?
  • ¿Qué nos enseña esta historia sobre la diplomacia política moderna?

Salmo 86:1-10, 16-17

En el Salmo 86, el salmista pide a Dios ayuda contra de los enemigos (esto se hace mucho más evidente cuando incluimos los versículos 11-15 que el leccionario deja fuera). El salmista sigue un patrón familiar de peticiones de ayuda a Dios, seguido de palabras de alabanza a Dios antes de pedir quedar libre de los enemigos y pasar a la acción de gracias antes de que Dios provea ayuda (Sal 86: 12-13, BCP). El salmista está tan seguro de la bondad de Dios que le gradece antes de que la oración haya sido contestada.

El versículo más importante de este salmo ha sido removido de la lectura de hoy: “Mas tú, oh Señor, eres misericordioso y lleno de compasión, lento a la ira, lleno de bondad y verdad” (Salmo 86:15). Esta es una cita tomada del Éxodo 34: 6 donde Dios, hablando a Moisés, revela que YO SOY es un Dios que ama la misericordia sobre la ira. La esperanza de favor del salmista no es una esperanza ciega como la que tengo cuando digo: “Espero ganar la lotería”. Esta esperanza viene de la propia boca de Dios. El salmista nos enseña que cuando oramos y pedimos ayuda a Dios, debemos profundizar en nuestra tradición bíblica para ver cómo Dios ha trabajado y sigue trabajando en el mundo. Entonces podemos invocar con fe y esperanza al Dios que me ha “ayudado y consolado” (Salmo 86:17).

  • ¿Qué “enemigos” te persiguen a ti o a tu comunidad?
  • ¿Qué inspiraciones obtienes del testimonio bíblico?

Romanos 6:1b-11

Este poético pasaje de la carta de Pablo a los romanos nos resume bellamente el misterio del santo bautismo. El bautismo, especialmente como se ha hecho parte de la adoración pública del domingo en el Libro de Oración de 1979, es un tiempo para que toda la iglesia se regocije en la adición de nuevos miembros a la comunidad, que es el Cuerpo de Cristo. Dado que en nuestra tradición practicamos el bautismo infantil, la mayoría de nuestros bautismos tienen la doble alegría de celebrar también una nueva vida y familias en crecimiento.

Ciertamente no quiero sugerir que la iglesia no deba celebrar los nacimientos de los bebés dentro de nuestras iglesias, sino que el santo Bautismo no tiene nada que ver con el nacimiento terrenal, y todo que ver con la muerte a sí mismo y el nacimiento a una nueva forma de ser. Así como Pablo nos recuerda tan bellamente en este canto o cántico bíblico, que a través de nuestro bautismo morimos, como Jesús, murió. En la práctica del bautismo de inmersión total, una persona literalmente baja bajo el agua donde es incapaz de respirar, equivaliendo a la muerte. Al resurgir del agua bajo el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, la persona toma nuevo aliento a medida que emerge de la muerte de Jesús a la resurrección de Jesús.

¡Estas son buenas noticias! Ya no somos esclavos del pecado, sino que tenemos una nueva vida en Jesús. Ya no somos esclavos de la muerte, sino que tenemos vida eterna en Jesús. ¡Aleluya!

  • ¿Qué aspectos de la muerte hay en nuestra liturgia bautismal?
  • ¿Qué aspectos del nacimiento hay en nuestra liturgia bautismal?
  • ¿En qué consiste la participación plena en el Cuerpo de Cristo? ¿Cómo podríamos ordenar nuestras vidas si somos conscientes del hecho de que formamos parte del Cuerpo de Cristo?

Mateo 10:24-39

Una queja común contra el cristianismo, presentada por los ateos, es el problema de la teodicea, ¿por qué un Dios todopoderoso y amoroso permite que sucedan cosas terribles en el mundo? Sin embargo, esta crítica sólo se puede mantener si uno acepta el malentendido común, profesado por muchos cristianos, de que el cristianismo es una religión resplandeciente, de arco iris, de unicornios y perros cachorros, completamente desprovista de sufrimiento y dolor. Los lectores del evangelio de Mateo saben que la irrupción del reino de Dios aparece con mucho dolor y sufrimiento.

La lectura de hoy comienza con Jesús recordándonos no temer a los opresores de este mundo, sino a Dios. Escrito contra el telón de fondo del opresivo Imperio romano, Mateo ofrece palabras de consuelo a los adoradores de Dios y que el reino de Dios está siendo revelado. Jesús nos capacita para oponernos a nuestros opresores, proclamando la paz y el amor de Dios, sin embargo, Jesús no es lo suficientemente ingenuo como para pensar que nuestros opresores simplemente se rinden. Proclamar la Buena Nueva siempre hará que los que están en el poder se sientan incómodos, y a veces eso significa gente en nuestras propias familias.

  • ¿Cuándo has estado en desacuerdo con alguien de tu familia sobre política o religión? ¿Fuiste capaz de resolverlo? ¿Si es así, cómo?
  • ¿Qué asuntos en tu comunidad local podrían estar afectados porque eres seguidor de Jesús? ¿Cómo podrías proclamar la justicia de Dios en lugares de opresión?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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