Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Pascua 7 (C) – 29 de mayo de 2022

May 29, 2022

[RCL] Hechos 16: 16–34; Salmo 97; Apocalipsis 22: 12–14, 16–17, 20–21; Juan 17: 20–26

Hechos 16: 16–34

Solo después que los apóstoles son encarcelados, Dios los rescata con un terremoto dramático. ¿Por qué espera Dios a liberarlos hasta que son golpeados y perseguidos? ¿Por qué no salvarlos antes de la contrariedad? A veces Dios no interviene en nuestra línea de tiempo o en la forma en que pensamos que sería lo mejor para nosotros. Pero en lugar de sentirse frustrados o asustados, Pablo y Silas continúan confiando en la fidelidad de Dios.

Este pasaje es enormemente dramático. Los apóstoles son azotados y luego puestos en el lugar más profundo de la cárcel con los pies atados. Sus perspectivas se ven sombrías. Sin embargo, a pesar de sus heridas, incluso a la medianoche todavía están orando y cantando a Dios. Su fe es evidente para todos los que los rodean. Debido a que están juntos, pueden apoyarse mutuamente hasta que Dios haga un camino.

El carcelero y toda su familia, al convertirse ante al poder de Dios, es un ejemplo de todas las cosas que funcionan juntas para el bien de los que aman a Dios (Romanos 8:28). Dios transforma incluso esta enorme dificultad en algo hermoso.

  • ¿Cuándo ha sido diferente la línea de tiempo de Dios de lo que pudo haber elegido usted y cuál fue el resultado?
  • ¿En quién puede confiar para que le apoye cuando las cosas se ven sombrías?
  • ¿Por qué es importante que no solo el carcelero, sino toda su familia se conviertan en creyentes?

Salmo 97

Todo el mundo reconoce la grandeza de Dios: las nubes y la oscuridad, los rayos y el fuego, las montañas y los cielos. ¿Qué respuesta podríamos tener ante una escala tan inmensa aparte de maravillarnos? El salmista recurre a nuestros sentidos para transmitir algo incomprensible para nuestra comprensión limitada: la grandeza de Dios. Para nosotros, las montañas parecen inmensas y permanentes, pero incluso se derriten ante la presencia de Dios. El trono representa el temor del poder de Dios, pero también podría hacernos creer que hay distancia entre la creación y su creador todopoderoso. Esta autoridad puede parecer abrumadora, por lo que el salmo nos recuerda el amor de Dios hacia los justos.

  • ¿Cómo podemos apreciar la grandeza de Dios y al mismo tiempo buscar la cercanía con Dios?

Apocalipsis 22: 12–14, 16–17, 20–21

Estas son las palabras finales del Apocalipsis y de la Biblia. Juan nos recuerda que Dios es el Alfa y la Omega. Esto nos enseña algo acerca de la historia del mundo creado, pero también nos enseña sobre nosotros mismos personalmente. Nosotros también comenzamos y terminamos nuestras vidas terrenales en Dios. Tenemos identidades individuales, por supuesto, pero nuestra identidad más profunda es que somos hijos de Dios. Cuando nos perdemos en el camino, el recuerdo de  nuestro fin nos puede reorientar. Incluso si Dios no siempre nos da una hoja de ruta, sabemos en qué dirección apuntar.

El libro concluye con una promesa: Jesús, el descendiente de David y la raíz del árbol, volverá para abrirnos las puertas de la ciudad. Los que estén listos “tendrán derecho al árbol de la vida” (22:14). Así como el árbol de la vida fue el lugar de nuestra caída en el Génesis, aquí es una característica de nuestra nueva vida con Dios.

  • ¿Qué clase de experiencias pueden hacernos olvidar que nuestras identidades se basan en Dios?
  • ¿Por qué el “árbol de la vida” reaparece aquí al final de la Biblia?

Juan 17: 20–26

Con frecuencia en los evangelios, vemos a Jesús enseñando, viajando y realizando milagros. Cuando ora, se va solo y nosotros tendemos a no escuchar sus oraciones en la narrativa. Aquí, vemos a Jesús pidiendo a Dios: por favor, permite que mis discípulos conozcan tu amor. Al ofrecer esta oración como un patrón que podemos imitar, Jesús nos muestra que podemos y debemos pedirle ayuda a Dios. Él usa la frase “deseo”, para pedir lo que quiere.

Lo que Jesús quiere es que experimentemos la cercanía de Dios, que él conoce tan profundamente. Sabe que los seres humanos necesitan más que nada comprender su dependencia de Dios. Cuando perdemos de vista eso, nos olvidamos de nosotros mismos. ¿Cómo nos conectamos con Dios y abrimos nuestros corazones? Debemos darnos cuenta de que somos uno con Jesús, con los demás y con Dios. Con su oración, Jesús nos da una idea que borra la distancia percibida en el salmo de hoy. Es decir, si bien Dios es tan expansivo que necesitamos un lenguaje figurado para tratar de entenderlo, al mismo tiempo, Dios es alguien que Jesús conoce íntimamente. Mediante la forma en que vive su vida, nos muestra que nosotros también podemos permanecer en Dios.

  • ¿Cómo le pide a Dios lo que desea?
  • ¿Cómo se ve permanecer en Dios en el mundo de hoy?

Este estudio bíblico, escrito por Helena Martin, se publicó originalmente para Pascua 7 (C) en 2019.

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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