Estudio Bíblico

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Estudio Bíblico: Propio 19 (B) – 2021

September 12, 2021

LCR: Proverbios 1: 20-33; Salmo 19; Santiago 3: 1-12; Marcos 8: 27-38

Proverbios 1: 20-33

El libro de los Proverbios forma parte de la literatura de la sabiduría en las Escrituras Hebreas. Un aspecto importante de esta literatura es guiar al pueblo de Dios a vivir correctamente. En este pasaje de principios del primer capítulo, la Sabiduría está personificada y se mueve en medio de la bulliciosa actividad en el centro de la ciudad. Ella llama dirigiéndose a los que no siguen la sabiduría de Dios. Les advierte sobre la calamidad que les sobreviene a los que no escuchan y enraízan sus vidas en el temor de Dios: el seguimiento y la reverencia a Dios. Advierte que el desastre se avecina para los que siguen su propio camino basándose en sus propios conocimientos. Les llama tontos sin rodeos.

Este pasaje establece una clara distinción entre los resultados de los que escuchan y siguen los caminos de Dios y los que no lo hacen. La Sabiduría nos pide que, en todo el ajetreo diario de nuestras vidas, escuchemos y sigamos la sabiduría de Dios al pintar una imagen vívida de lo que les sucede a los que no lo hacen. Es un pasaje inquietante que nos invita a reflexionar sobre dónde arraigamos las acciones de nuestra vida.

  • ¿En qué se diferencian el conocimiento y la sabiduría de Dios del aprendizaje que no se basa en Dios?
  • Dadas las dificultades y desafíos que todos enfrentamos en la vida, ¿qué podría significar el vivir a gusto, sin temor al desastre, siguiendo la sabiduría de Dios?

Salmo 19

El Salmo 19 ofrece una hermosa respuesta a la lectura de hoy del libro de los Proverbios. ¿Dónde vemos el conocimiento y las palabras de Dios que la Sabiduría tanto anhela que veamos? El Salmo 19 nos presenta dos lugares donde se puede encontrar el conocimiento de Dios: en la creación y en la ley, Escritura. Oímos a la creación cantando sin palabras la gloria de Dios, llevando un mensaje a todo el mundo. También vemos la belleza y claridad de prestar atención a la palabra de Dios en las Escrituras, lo que permite una meditación profunda en las palabras para ayudar a alinear nuestras vidas con la voluntad de Dios.

  • ¿Dónde ve más fácilmente la sabiduría de Dios?
  • ¿Qué experiencia ha tenido de las palabras de las Escrituras que han revivido su alma?
  • ¿Cómo ha oído a la creación cantar la gloria de Dios? ¿Qué ha significado eso para usted en su vida?

Santiago 3: 1-12

Esta lectura de la carta de Santiago marca el punto medio de la carta. Continúa uno de los temas principales de Santiago: cómo nuestras obras deben reflejar nuestra fe. Esta parte de la carta se centra en un aspecto a veces menos obvio de nuestras obras: cómo utilizamos nuestras palabras.

El escritor de la carta plantea una paradoja. La lengua que utilizamos para alabar a Dios es la misma lengua que a menudo se usa para causar daño a otros. Se nos desafía a considerar que esta paradoja no debería existir, porque ¿cómo pueden venir agua dulce y salobre del mismo lugar? ¿Cómo pueden las palabras que denigran a otras personas de Dios venir de una lengua que profesa fe en Cristo Jesús? El daño causado por las palabras cortantes y desgarradoras puede ser la pequeña llama que se convierta en un gran fuego. Está en juego la dignidad de todo ser humano. ¿Construimos o derribamos? Este pasaje de Santiago nos pide que nos preguntemos cómo utilizamos las palabras y cómo reflejan nuestro discipulado.

  • En el mundo de hoy, ¿cómo se utilizan las palabras para alabar? ¿Cómo se utilizan para maldecir a otros? ¿Cuáles son algunos ejemplos concretos de la paradoja que nos presenta Santiago?
  • ¿Cómo le desafía esta lectura a utilizar palabras de una manera que refleje su fe?

Marcos 8: 27-38

El escritor del evangelio hace un cambio importante en este pasaje de Marcos. Por primera vez, Jesús comienza a enseñar a los discípulos sobre su sufrimiento, muerte y resurrección. Se acerca el momento en que iniciará el viaje hacia Jerusalén. En este momento, les plantea una pregunta importante: ¿Cómo entienden quién soy? Pedro confiesa con confianza que Jesús es el Mesías. Entonces Jesús comienza a enseñarles lo que le espera al Hijo del Hombre. Esto provoca que Pedro lo reprenda. En respuesta, Jesús reprende a Pedro tan severamente que lo llama Satanás. Pedro entendió algo pero no todo; sabía que Jesús era el Mesías y no comprendía lo que eso significaría. Cuando Jesús comenzó a enseñarles, no fue lo que Pedro esperaba.

Es fácil pensar que entendemos. Pero muchas veces entendemos desde nuestra perspectiva como humanos y no desde la perspectiva de las cosas divinas. Podemos aferrarnos firmemente a nuestras ideas sobre lo que está sucediendo. Jesús insiste en que los discípulos, Pedro y todos nosotros, abandonemos estas cosas y, en cambio, atendamos a la vida de seguir a Jesús, donde sea que eso nos lleve, incluso si significa direcciones inesperadas, lugares donde de otra manera no podríamos elegir ir.

  • ¿Cómo podemos saber si seguimos el camino de Jesús en lugar de simplemente los caminos humanos?
  • ¿A quién tenemos para reprendernos cuando necesitamos crecer en el entendimiento de las cosas divinas?

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Contacto:
Rvdo. Richard Acosta R., Th.D.

Editor, Sermones que Iluminan

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