Calendario Litúrgico

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Segundo Domingo después de Navidad

La Colecta:

Dios, que prodigiosamente creaste y maravillosamente renovaste la dignidad humana; concede que participemos de la divinidad de aquel que se humilló a participar de nuestra humanidad:tu Hijo Jesucristo, quien contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, un solo Dios ahora y siempre. Amén.

El Antiguo Testamento: Jeremías 31:7-14

El Señor dice:
«Canten de gozo y alegría por el pueblo de Jacob,
la principal entre todas las naciones.
Hagan oír sus alabanzas y digan:
“El Señor salvó a su pueblo,
lo que quedaba de Israel.”
Voy a hacerlos volver del país del norte,
y a reunirlos del último rincón del mundo.
Con ellos vendrán los ciegos y los cojos,
las mujeres embarazadas y las que ya dieron a luz;
¡volverá una enorme multitud!
Vendrán orando y llorando.
Yo los llevaré a corrientes de agua,
por un camino llano, donde no tropiecen.
Pues soy el padre de Israel,
y Efraín es mi hijo mayor.

10 »Naciones, escuchen la palabra del Señor
y anuncien en las costas lejanas:
“El Señor dispersó a Israel,
pero lo reunirá y lo cuidará
como cuida el pastor a sus ovejas.”
11 Porque el Señor rescató al pueblo de Jacob,
lo libró de una nación más poderosa.

12 »Vendrán y cantarán de alegría en lo alto de Sión,
se deleitarán con los beneficios del Señor:
el trigo, el vino y el aceite,
las ovejas y las reses.
Serán como una huerta bien regada,
y no volverán a perder las fuerzas.
13 Las muchachas bailarán alegremente,
lo mismo que los jóvenes y los viejos.
Yo les daré consuelo:
convertiré su llanto en alegría,
y les daré una alegría mayor que su dolor.
14 Haré que los sacerdotes coman los mejores alimentos
y que mi pueblo disfrute en abundancia de mis bienes.
Yo, el Señor, lo afirmo.»

Salmo: 84 o 84:1-8

1 ¡Dios de la huestes, qué hermosas tus moradas! *
       Todo mi ser anhela los atrios de Señor;
       mi corazón y carne cantan de gozo al Dios vivo.
2 El gorrión halla una morada
  y la golondrina, un nido para sus polluelos *
       cerca de tu altar, Dios de las Huestes,
       Rey mío y Dios mío.
3 Dichosos los que habitan en tu casa; *
       te alabarán sin cesar.
4 Dichosos los que en ti encuentran su fuerza; *
       sus corazones están siempre en tus caminos.
5 Cuando pasan por el valle de lágrimas, lo hacen un manantial; *
       las lluvias tempranas los cubren de bendición.
6 Avanzarán de baluarte en baluarte *
       y en Sion verán al Dios de dioses.
7 ¡Ay Dios de las Huestes, escucha mi oración! *
       ¡Escucha, Señor, Dios de Jacob!
8 Mira, Señor, nuestro escudo; *
       pon tu vista en el rostro de tu Ungido.
[9 Más vale un día en tus atrios que mil en mi casa; *
       y prefiero el umbral de tu morada
       a vivir en tienda de malvados.
10 Porque sol y escudo es el Señor; *
       Dios imparte gracia y gloria.
11 Dios no privará de ningún bien *
        a quienes andan en integridad.
12 ¡Señor de los Ejércitos, *
       dichoso quien en ti confía!]

El Nuevo Testamento: Efesios 1:3-6,15-19a

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia. Por su amor, nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa de su voluntad. Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo.

El Evangelio: Mateo 2:13-15,19-23 o Lucas 2:41-52 o Mateo 2:1-12

13 Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»

14 José se levantó, tomó al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto, 15 donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo.»

19 Pero después que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, en Egipto, y le dijo: 20 «Levántate, toma contigo al niño y a su madre, y regresa a Israel, porque ya han muerto los que querían matar al niño.»

21 Entonces José se levantó y llevó al niño y a su madre a Israel. 22 Pero cuando supo que Arquelao estaba gobernando en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá; y habiendo sido advertido en sueños por Dios, se dirigió a la región de Galilea. 23 Al llegar, se fue a vivir al pueblo de Nazaret. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dijeron los profetas: que Jesús sería llamado nazareno.

o

41 Los padres de Jesús iban todos los años a Jerusalén para la fiesta de la Pascua. 42 Y así, cuando Jesús cumplió doce años, fueron allá todos ellos, como era costumbre en esa fiesta. 43 Pero pasados aquellos días, cuando volvían a casa, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres se dieran cuenta. 44 Pensando que Jesús iba entre la gente, hicieron un día de camino; pero luego, al buscarlo entre los parientes y conocidos, 45 no lo encontraron. Así que regresaron a Jerusalén para buscarlo allí.

46 Al cabo de tres días lo encontraron en el templo, sentado entre los maestros de la ley, escuchándolos y haciéndoles preguntas. 47 Y todos los que lo oían se admiraban de su inteligencia y de sus respuestas. 48 Cuando sus padres lo vieron, se sorprendieron; y su madre le dijo:

—Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos estado buscando llenos de angustia.

49 Jesús les contestó:

—¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?

50 Pero ellos no entendieron lo que les decía.

51 Entonces volvió con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos en todo. Su madre guardaba todo esto en su corazón. 52 Y Jesús seguía creciendo en sabiduría y estatura, y gozaba del favor de Dios y de los hombres.

o

1 Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron:

—¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.

El rey Herodes se inquietó mucho al oír esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos le dijeron:

—En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta:

“En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá,
no eres la más pequeña
entre las principales ciudades de esa tierra;
porque de ti saldrá un gobernante
que guiará a mi pueblo Israel.”

Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Luego los mandó a Belén, y les dijo:

—Vayan allá, y averigüen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a rendirle homenaje.

Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho.11 Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. 12 Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

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Texto de muestra

En este día alabamos al Dios que creó maravillosamente y, aún más maravillosamente, restauró la dignidad de la naturaleza humana. En Cristo, Dios comparte nuestra humanidad para que podamos compartir la vida divina. Redimidos y renovados, caminamos como hijos de la gracia, llevando la imagen de Aquel que hace nuevas todas las cosas.

Las colectas para la temporada navideña fueron diseñadas por Jason Franklin, diseñador y director de comunicaciones que ayuda a las iglesias y organizaciones episcopales a compartir sus historias a través de un diseño y una imagen de marca cuidadosamente pensados. Su trabajo se puede encontrar en franklinian.com.


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Las Colectas, Salmos y Cánticos son del Libro de Oración Común, 1979.

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